“Todo lo hecho en la radio, desde hacer mandados hasta ser cabinero de madrugada, un horario que no es muy querido, también he sido productor de programas en vivo, dentro y fuera del estudio”.
Así se definía Mario Vargas Jiménez, de 82 años, el locutor activo más longevo de la radio cartaginesa y quien falleció el martes anterior víctima de un infarto.
Precisamente, su deceso ocurrió cuando se dirigía a la radioemisora La Negrita, donde tenía un programa de índole comunal denominado Ventana al pueblo.
Vargas también se desempeñaba como presidente de la Asociación de Desarrollo Específico para el Enfermo Alcohólico (Adepea), entidad que brinda tratamiento integral a los internos y sus familias.
“La ayuda médica y espiritual que allí recibí, tenía que reciprocarla con algo, y lo que podía era dar mi aporte a Adepea, colaborándole desinteresadamente desde la Junta Directiva”, dijo en una oportunidad.
Su amor por la radio empezó en la época colegial cuando se ofreció para hacer mandados en la desaparecida radio Hispana.
En una ocasión narró que lo hizo solo para ver cómo se ponían los discos y poder ingresar en sus oficinas.
Luego, Vargas trabajó en las radios cartaginesas Rumbo y La Fuente Musical.
Además del programa Ventana al pueblo , tenía otro de música de antaño llamado Noche inolvidable , también en La Negrita.
Con su trabajo en la radio y en labores similares en el Instituto Tecnológico de Costa Rica, Vargas se ufanaba de haber levantado su hogar.
También fue operador de cine en los ya desaparecidos Teatro Cartago y Cine París, así como jugador y dirigente del equipo de fútbol Once Tigres.