Mariángel casi viene al mundo en helicóptero

Su madre, Jazmín Calvo, de 38 años, soportó los dolores de parto durante casi doce horas para evitar que su primogénita naciera en la casa de la abuela.

Tenían que llevarla a un hospital, pero en las vías terrestres había derrumbes por todos lados. El paso para los vehículos estaba cerrado.

Eran las 9 p. m. en Pejibaye de Jiménez, Cartago. Carmen Calvo, madre de Jazmín, tenía miedo de que su hija perdiera a la criatura, cuando a esa hora se iniciaron los primeros dolores de parto.

“Cuando ella empezó con las contracciones, llamamos a emergencias al 911 y llegó la Cruz Roja, pero nos dijeron que no podían trasladar a mi hija porque no había paso, los puentes se habían caído y en las carreteras había muchos derrumbes”, narró Carmen Calvo.

La lluvia y los vientos eran incesantes. La mujer cuenta que a la casa llegaron tres cruzrojistas y un primo que es enfermero, con el propósito de traer a este mundo a Mariángel, pero la niña no podía nacer en Pejibaye.

“La bebé venía sentada, mi hija me gritaba que la ayudara: ‘Mamita, ayúdeme, por favor, porque ya no aguanto los dolores’.

Yo me hacía la fuerte, porque tenía que darle apoyo a mi hija, yo temía por mi hija y por la bebé, yo pensaba lo peor y estaba muy acongojada por lo que mi hija estaba sufriendo”, añadió.

Hacia las 8 a. m. de ayer, la Cruz Roja avisó a la familia de que un helicóptero trasladaría a Jazmín hasta el hospital de Cartago, pero tenían que llevar a la futura madre hasta la plaza pública de Pejibaye.

“Mi hijo mayor tuvo que pedir un carro prestado para llevarla a la plaza. El helicóptero ya la estaba esperando ahí.

”Con todo el dolorcito de mi corazón vi cuando la subieron al helicóptero, le pusieron suero y se la llevaron. No me dejaron ir con ella, porque en el helicóptero no cabían más personas”, dijo la mujer.

Unos veinte minutos después, el helicóptero aterrizó en la plaza pública del barrio Asís, frente al Hospital Max Peralta, en Cartago, adonde la mujer fue trasladada de emergencia.

“Ya en el Hospital, a mi hija le hicieron varios exámenes. Los doctores confirmaron que Mariángel estaba sentada y después le hicieron una cesárea a Jazmín. Mi nieta pesó 3,5 kilos y midió 50 centímetros.

”Ella es mi cuarta nieta de 13 nietos que tengo. Quién iba a decir que, en medio de tantos apuros por las lluvias y los derrumbes, Mariángel vendría a hacernos más felices”, agregó la orgullosa abuela.