A Amor Más allá de la poesía o la retórica, miles de historias demuestran que el amor de una madre por sus hijos es incondicional e infinito. Ella y solo ella es capaz de amarlos incluso cuando no lo merecen. Por eso, el cardenal suizo Gaspar Mermillod, quien vivió en el siglo XIX, solía decir que “una madre es quien puede tomar el lugar de todos los demás, pero cuyo lugar nadie puede tomar”.
B Brazos Existe una organización llamada Red Canguro que defiende la tesis de que los bebés en brazos son bebés más felices. Aseguran, con evidencias científicas, que el contacto de los niños con sus madres fomenta su desarrollo físico y emocional. Lo cierto es que los brazos desempeñan un papel crucial durante la vida de los seres humanos: primero, sirven para alzarlos, amamantarlos, bañarlos, cambiarles pañales y alimentarlos; el resto de la vida, para abrazarlos una y mil veces.
C Comida No importa si se trata de una mamá adicta a la cocina o de una que le huye a esos menesteres y se limita a resolver lo básico. El vínculo entre los conceptos “maternidad” y “alimento” es incluso fisiológico: para el recién nacido, mamá “es comida”, y de la mejor. Luego, a lo largo de la vida, se establecerán muchas relaciones entre ambos entes: las batallas de las madres para que sus hijos coman, las loncheras que a diario les mandan a la escuela, los consejos para que prefieran la fruta sobre la “chatarra”...
D Disciplina Mucho antes de que los niños lleguen al kínder o la escuela, empieza en el hogar la nada fácil tarea de disciplinarlos. Aunque cada familia es un mundo, es frecuente que sea la madre quien más llama al orden, al respeto y a las pequeñas responsabilidades de los primeros años. Establecer límites y enseñar valores será una tarea de toda la vida.
E Estrías Estas cicatrices irregulares que se forman sobre la dermis se deben especialmente a los embarazos. Lo que sucede es que se rompen las zonas elásticas profundas en la piel y son reemplazadas por otras fibras más delgadas y desorganizadas. No hay mujer encinta a quien no le den el consejo: “todos los días, póngase aceite o crema en el vientre, muslos y caderas”. Pero, con frecuencia, la hidratación no basta... es parte del precio que paga el cuerpo por vivir la experiencia de “alojar” a un hijo.
F Familia La familia es ese lugar en el tiempo y el espacio donde varios seres humanos comparten los alimentos, los gérmenes, las preocupaciones y la pasta de dientes, se piden dinero prestado unos a otros, se hieren y se perdonan hasta perder la cuenta, y van descubriendo cuánto se aman y se necesitan a pesar de sus diferencias. Y en la familia, la madre desempeña una función vital: suele ser el pegamento que mantiene unidas a las partes.
G Gritos ¡¿Cuál mamá nunca grita?! Gritan (de susto, alegría o sorpresa) al recibir la noticia de que el examen dio positivo, gritan en el parto, gritan cuando el bebé dice su primera palabra, gritan para celebrarle que dejó los pañales, gritan cuando no ordena su cuarto, gritan cuando mete un gol en la escuela, gritan para apurarlo a desayunar cada mañana, gritan al enterarse de que van a ser abuelas...
H Hazañas El diccionario define como “hazaña” la “acción o hecho especialmente ilustre y heroico”. Pero, a diferencia de otras hazañas que hasta quedan en los anales de la historia, las de una madre suelen pasar bastante inadvertidas: muchas trabajan en su casa y fuera de ella, y todavía se las ingenian para ayudar a sus hijos con la tarea, hacerles el picadillo o las cajetas que ofrecieron en la escuela, bajarle el ruedo al pantalón porque crecieron, o poner el despertador a las 2 a. m. para ir a recogerlos a una fiesta.
I Instinto El lazo afectivo entre la madre y el bebé se crea desde el embarazo y, al momento del nacimiento, una hormona de nombre oxitocina se encarga de que el vínculo entre ambos sea aún más estrecho. La también llamada “mólecula del amor” se libera en grandes cantidades durante el parto y hace que llegue leche a los pechos de la mujer. El instinto maternal no es, por tanto, una invención.
J Jefa de hogar Digan lo que digan, casi siempre las mujeres son las jefas del hogar. Sin embargo, para efectos de estudio, reciben este nombre aquellas que no viven en pareja y son el sostén económico de su familia. En el país, actualmente, el 31% de los hogares tiene a una mujer a la cabeza. En el 2008, ese porcentaje era del 27%, y en 1990, del 18%. Hay una gran necesidad de la mujer de incorporarse al trabajo; aún 143.000 mujeres no pueden laborar por la atención que les demanda la familia.
K Kilos Inherente casi a la condición de mujer, la preocupación por los kilos tiende a aumentar en períodos como el embarazo y el posparto. Lo usual es que la mujer suba entre 9 y 15 kilos a lo largo de los nueve meses de gestación. De estos, entre 3 y 3,5 corresponden al peso del bebé, mientras que el líquido amniótico y la placenta pesan entre 2 y 3 kilos. El aumento del tamaño de los senos y el volumen de sangre circulante en el cuerpo de la madre pueden sumar 2 ó 3 kilos adicionales.
L Lágrimas De alegría y de tristeza, las lágrimas van regando la senda de las madres. La noticia del embarazo o de que fue aceptada la solicitud de adopción; el primer “cara a cara” con ese hijo o hija; esa tarjeta hecha a mano y llena de monigotes y corazones; la humillación que sufrió alguna vez en la escuela; los rebeldes arrebatos de la adolescencia; el trabajo que no consiguió...
M Multiplicación Si en algo son expertas las mamás es en el arte de multiplicar. Primero, se multiplican a sí mismas para hacer decenas de tareas al mismo tiempo y resolver sin demora todo lo que requiera atención urgente; pero además, multiplican los alimentos cuando escasea el dinero o llega un invitado imprevisto a la casa, y multiplican “lo que haya disponible” para resolver asignaciones escolares de último minuto, como maquetas, carteles o experimentos para la feria científica.
N No Es la advertencia que, más temprano que tarde, grita toda madre... cuando el bebé está a punto de meter el dedo en el tomacorriente, de jalar el mantel por la punta, de empujar el florero de la mesa, de meterse a la boca la tierra del jardín. Y muchas, muchísimas veces más, su respuesta será “no”. ¿A qué hijo no le han negado permisos, dinero, caprichos?
O Oración “No hay lugar adonde un hijo vaya, que no haya sido visitado primero por la oración de su madre”, dice un refrán de vieja data. Intercesoras por naturaleza, las mamás suelen clamar al cielo por todo aquello que sus hijos necesitan y, a menudo, por gracias que ni ellos mismos piden.
P Parto Desde la maldición bíblica “parirás con dolor a tus hijos”, parto y dolor han sido un binomio indisoluble. El dolor del parto se debe, sobre todo, a las contracciones de los músculos uterinos y, un poco, a la presión que ejerce el bebé sobre el cuello del útero. Se percibe en forma de espasmos en la zona abdominal, inguinal y dorsal. No todas las madres lo experimentan de igual forma, aunque la mayoría los describen como dolores menstruales muchas veces multiplicados en intensidad.
Q Quizá El arte y la ciencia de criar hijos no se llega a dominar por completo nunca. No hay manuales ni instructivos, y a veces falla la intuición. Por eso, tarde o temprano, las madres titubean: ¿qué debo decirle en esta situación?, ¿será buena idea darle permiso?, ¿estaré siendo muy exigente? Y a menudo escasean las certezas...
R Reconstituyentes Los pediatras los prescriben con frecuencia porque una mamá ansiosa les dice y les repite que su hijo “no come nada”, que “vive del aire” y que “está preocupadísima por su peso”. Luego sigue la odisea de lograr que el pequeño rebelde abra la boca para tomarse aquella medicina que sabe a %* & #!?# La desesperación y la impaciencia no son buenos consejeros. Que el apetito llega, llega... solo hay que esperar algunos años.
S Suéter Si mamá tiene frío, es seguro que su hijito (o hijita) llevará puesto un súeter o no tardará en escuchar la voz que le grita: ‘¡Póngase el abrigo!’ Como si ambos compartieran el mismo termostato, ella decide cuándo es tiempo de cubrirse para evitar un resfrío. Poco a poco, los hijos empiezan a adquirir autonomía. Primero, se liberan de prendas como la camiseta. El derecho a decidir si hace frío o no es todo un logro, aunque hay quienes no lo alcanzan nunca.
T Trabajo Es lo que menos le falta a una mamá. Su jornada es 24/7/365. ¡Hasta dormidas parecen trabajar! Que lo digan aquellas que sueñan cambiando pañales, o sufriendo en carne propia la presa cuando van a dejar a sus hijos a la escuela. Si la salud se los permite, aun viejitas siguen trabajando: contando cuentos, haciéndole galletas a los nietos o recibiendo a los hijos en casa, de nuevo, cuando la aventura del matrimonio acaba para muchos. Y todavía desde el más allá, sirven de intercesoras ante las oraciones de sus hijos.
U Útero Este asombroso órgano hueco en forma de pera invertida, cuyas dimensiones normales oscilan entre 6 y 9 centímetros de largo, y 3 y 4 cm. de ancho, es capaz de aumentar su capacidad de 500 a 1.000 veces en el transcurso del embarazo.
V Vehemencia En los regaños, vehemente. En los consejos, vehemente. En las oraciones, vehemente. Los primeros significados del diccionario para esta palabra coinciden con el perfil de las madres: fuertes, ardientes y apasionadas en la defensa de lo que más quieren: sus hijos.
W Watts Aunque hay excepciones, la mayoría de las madres parecen haber recibido una descarga eléctrica de altísimo voltaje. Aún cuando están agotadas y los párpados se les caen del sueño, el llanto o algún problema de un hijo funciona como batería invisible que las recarga.
X Xilófono Múltiples notas, una para cada ocasión. Elegante, según la madera que se utilice; sonoro como el agua cuando cae sobre las tejas. Así es este instrumento musical, utilizado las más de las veces para alegrar a quienes lo escuchan. La misión de la mamá, como la del xilófono, es buscar la felicidad de sus hijos.
Y Yerros El primogénito acusa a su madre primeriza de haber “aprendido” y “experimentado” con él/ella. Los que le siguen dirán que fue más permisiva y alcahueta con el mayor... o que lo es con el menor. ¿Cuántas veces sienten ellas que, pese a haber tenido la mejor intención, se equivocaron? Z Zozobra Sufre por las noches en vela que pasa el hijo universitario preparando la defensa de su tesis, porque la hija adolescente no ha vuelto a casa a las 2 a. m., porque el resfrío del menor se complicó y está hirviendo en fiebre, porque las notas del colegio no le dan para pasar, porque todo indica que está coqueteando con la droga... ¡¿Por qué la zozobra nunca se acaba?!