Washington. EFE. El legislador republicano Kevin McCarthy, quien partía como favorito para suceder al actual presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, John Boehner, se retiró el jueves de la contienda y sumió en el caos al Partido, profundamente dividido y bajo constante presión de su ala ultraconservadora.
La retirada de McCarthy, que pilló por sorpresa a casi todos en el Capitolio, ejemplifica el desorden que reina en el Partido desde hace tiempo, pese a que los conservadores controlan las dos cámaras del Congreso desde enero pasado.
McCarthy, legislador por California y “número dos” de la Cámara Baja, comunicó su decisión en una reunión a puerta cerrada con otros congresistas del Partido Republicano, lo que llevó a suspender la votación interna de la bancada para elegir al candidato a la sucesión de Boehner, prevista para el jueves.
“Si vamos a unirnos y ser fuertes, necesitamos una cara nueva que ayude a lograrlo”, explicó McCarthy en unas breves declaraciones a los periodistas, al admitir que la bancada republicana está “profundamente dividida” y que su renuncia es por el bien del partido, decisión aplaudida por políticos de todas las tendencias.
En su reunión con otros colegas republicanos, McCarthy argumentó que no se considera el candidato adecuado para poder “unir al partido”, dijo el legislador Peter King.
McCarthy era el favorito del aparato del Partido Republicano y también de Boehner, quien le dio oficialmente su respaldo tras anunciar, a finales de setiembre, su intención de renunciar y abandonar el cargo el 30 de octubre.
El legislador recibió duras críticas por unas polémicas declaraciones que hizo hace unos días sobre el Comité Especial del Congreso para analizar el ataque en el 2012 al consulado estadounidense en Bengasi, Libia, ya que insinuó que su objetivo es dañar la campaña de la precandidata presidencial demócrata Hillary Clinton.
Aunque luego rectificó, McCarthy reconoció que esas declaraciones pesaron en su decisión de abandonar la contienda.
Los otros dos aspirantes a suceder a Boehner son el congresista por Utah Jason Chaffetz y el legislador por Florida Daniel Webster, ambos respaldados por los miembros del Tea Party, el ala más conservadora.
De haberse celebrado el jueves la votación interna de la bancada republicana, McCarthy contaba con los apoyos necesarios para convertirse en el candidato a sustituir a Boehner.
La Cámara Baja deberá elegir a su nuevo presidente a finales de mes, según está programado.
Chaffetz expresó que se había “quedado absolutamente de piedra” con la noticia de la renuncia de McCarthy y agregó que continúa adelante con su candidatura a presidir la Cámara baja.
Por su parte, Boehner emitió un comunicado en el que afirma que seguirá presidiendo la Cámara Baja hasta que se elija a su sustituto y mostró su confianza en que eso podrá conseguirse “en las próximas semanas”.
Algunos congresistas, entre ellos Carlos Curbelo (Florida), urgieron a Boehner a permanecer en el cargo hasta que culmine su mandato a finales de 2016.
Otros apostaron el jueves por el legislador por Wisconsin Paul Ryan como el candidato que podría generar consenso y apoyo mayoritario, pero él mismo aclaró que no piensa entrar en la contienda, al declararse “agradecido” con todos los que lo animaban a presentarse.