Adriana, Eduardo, Gaby y Jonathan acaban de conocerse, y es probable que, tras esta primera noche, algunos de ellos terminen en una relación. Pero, ¡atención!, no están desnudos en el sofá del apartamento de Román para tener una loca aventura sexual.
Con edades entre 22 y 30 años, estos jóvenes se entregan apasionadamente a la última moda en materia de entretenimiento. Parece haber surgido en los círculos universitarios de Nueva York, pero se extendió rápidamente a ciudades como Madrid, Berlín, Buenos Aires y Caracas.
Hablamos de una actividad llamada Nude Gaming Party, en la que “un grupo de personas (conocidas o no) se reúnen a jugar videojuegos... desnudas”, explica Román García, un ingeniero de sistemas soltero y el anfitrión de la actividad.
“En realidad, el asunto no se reduce solo a encuentros para jugar PlayStation o Xbox. Estar desnudos nos sirve para romper con las ataduras que impone la sociedad. Otra cosa es si alguien quiere llevar esto a la cama”, explica García.
Para el psicólogo clínico Carlos Contreras Rey, profesor universitario venezolano, “el nudismo es una manifestación liberadora del cuerpo y la mente”, razón por la que no le ve inconvenientes al juego si son adultos quienes lo practican.
Sin embargo, no todos son tan complacientes. Hay quienes sospechan que se trata de una campaña publicitaria de accesorios para videojuegos, que comenzó justamente en Nueva York e “inocentemente” puso a circular grabaciones de fiestas en las que participaban estos primeros seguidores del Nude Gaming Party, para promocionar un accesorio llamado Xtend Play.
Según tal hipótesis, esta campaña de publicidad viral intenta aprovecharse de las redes sociales difundiendo acciones o spots como si fueran reales, aunque la intención última es dar a conocer una marca. Al final, aparece el accesorio, llamado Xtend Play para Xbox 360 y PlayStation 3, destinado a mejorar la ergonomía de los controles.
Muchos de quienes se han enrolado en este singular modo de diversión dicen que poco les importa qué hay detrás del juego, pues la pasan bien “y eso basta”. “Confieso que me ha quitado de encima el complejo de mis kilos de más”, añade una mujer de nombre Gabriela.
Claro, para que Román no mate de un infarto a su abuelita, si algún día a esta se le ocurre hacerle una visita sorpresa a su nieto, el anfitrión de las fiestas de juegos al desnudo ha fijado algunas normas que todos deben respetar.
“Hay que quitarse la ropa al llegar, no está permitido sacar el celular, usar cámaras o consumir alcohol, fumar o ingerir drogas”.
El psicólogo Carlos Contreras cree que si la gente se divierte pese a no haber licor, es porque se logra el objetivo de estar desnudo en una habitación y comportarse como si estuviera vestido: “Eso constituye una demostración de madurez y de confianza en sí mismo y en quien se tiene al lado”.