Los acuerdos de la conferencia mundial de la Organización Mundial de la Salud en 1978 que orientaron la acción de la medicina hacia la prevención con participación activa de las comunidades, fueron precedidos de una práctica innovadora exitosa en varias partes del mundo. Dentro de ellas se destaca en un lugar destacado la llevada a cabo en nuestro país por el “Hospital sin Paredes” de San Ramón, dirigido por el Dr. Juan Guillermo Ortiz Guier.
Desde fines de los sesenta, la Organización Panamericana de la Salud primero, y posteriormente la Organización Mundial de la Salud siguieron con atención los resultados extraordinarios en la disminución de la mortalidad materno infantil, alcanzados en un tiempo record, por esta práctica innovadora activada magistralmente por los comités de salud locales y el equipo médico del Hospital.
Logros importantes
Los logros de esta experiencia fueron particularmente importantes por la sinergia que generaron en las comunidades y el grado de participación y entusiasmo sostenido que generaron. No se trató, como algunos han pretendido interpretarlo posteriormente, de un trabajo técnico de difusión salubrista llevado a cabo por funcionarios que ejecutan un plan elaborado en las alturas institucionales, sino de una alfabetización masiva en salud y de una organización efectiva de base que apoderó a las comunidades y al sistema de salud dándole nuevas dimensiones y capacidades.
Un proceso que se inició en el Hospital pero que se extendió en cascada por todas las comunidades de la región. Esta masificación de voluntades y esfuerzos organizados se pudo lograr por la sensibilidad, el talento y la capacidad de transmitir información a las comunidades sobre sus problemas de salud, siempre con respeto que tuvo el Dr. Ortiz y su equipo.
Fue una verdadera obra de arte organizacional que potenció la salud regional y que no ha sido todavía adecuadamente entendida ni estudiada.
Los Ebais que se suponen son su continuidad, fuera de algunas honrosas excepciones, no pasan de ser parte de un proceso de desconcentración que no logra la incorporación a las comunidades, porque no trabaja con ellas. Adolecen de una visión y capacidad de involucrar a la comunidad como la que tuvo el Hospital Sin paredes y se encuentra presos en la camisa de fuerza de la tramitología institucional.
Benemeritazgo
Por eso me pareció importante retomar esta experiencia costarricense a raíz de la mención que hizo la Dra. De la Cruz a los acuerdos de Alma Ata y recordarle a los diputados que una propuesta de benemeritazgo para el Dr. Ortiz se encuentra lamentablemente llevando polvo en la Asamblea Legislativa.
Aprendamos de las mejores prácticas, el conocimiento sobre todo en épocas de cambio acelerado como la nuestra no se encuentra siempre en los libros, que sistematizan experiencias a menudo superadas, sino en nuestro propio entorno si sabemos valorarlo.