El Jobo es un humilde poblado enclavado en bahía Salinas, en el cantón de La Cruz, a escasos kilómetros de Nicaragua.
La belleza escénica se desborda con facilidad en sus montañas tupidas, pero también en sus caminos sinuosos... y tortuosos.
Llegar hasta esta localidad requiere paciencia y un vehículo doble tracción: de los 14 kilómetros que separan el centro de La Cruz con El Jobo, 12 son de lastre.
Esto podría cambiar en el corto plazo, así como la falta de agua potable y las escasas oportunidades de empleo.
Los 1.200 vecinos de este agreste poblado cifran sus esperanzas en el proyecto turístico Santa Elena Preserve, que un grupo de inversionistas –entre los que están los Durman, Castegnaro y Garnier de Costa Rica; Motta de Panamá y Pellas de Nicaragua– construirá en marzo del año entrante.
Esta iniciativa cuenta, entre otras cosas, con el hotel Dreams Las Mareas Resort & Spa Costa Rica, cuya inversión está valorada en $125 millones.
“Somos un pueblo olvidado y tenemos una enorme oportunidad de levantarnos con este proyecto”, dijo Rodrigo Rojas, presidente de la Asociación Vecinal de El Jobo.
Carlos Matías Gonzaga, alcalde de La Cruz, descartó que el municipio haya olvidado a El Jobo y alrededores (Soley y Templatal).
“Podría ser percepción (el olvido), pero los que hemos estado al frente de la Municipalidad hemos trabajado duro para promover la inversión privada. Somos facilitadores y trabajamos juntos por el beneficio de la comunidad”, aseveró.
Por su parte, Carlos Hernández, gerente general de Santa Elena Preserve, manifestó que su representada beneficiará a El Jobo y a las localidades vecinas con el acueducto, que dotará de líquido potable a pobladores que han dependido de los pozos.
Hernández adelantó que la compañía donará la obra, estimada en $3,5 millones, cuya construcción está prevista para comenzar el próximo mes. Esto lo confirmó el alcalde municipal.
La firma también donó el diseño para las mejoras en el camino de acceso a la comunidad y obsequió un nuevo parque infantil, agregó Hernández.