En ese plan, el estatal Banco Japonés de Cooperación Internacional (JBIC) aportará unos 200.000 millones de yenes (1.746 millones euros) o $2.269 millones al tipo de cambio de ayer) para un fondo en el que el Gobierno buscará también la contribución de bancos nacionales e inversores privados.
El fondo invertirá en aquellas empresas (pequeñas, medianas y grandes) que estén interesadas en adquirir compañías extranjeras, o en invertir en proyectos en el extranjero.
Influir en divisa. El Gobierno estima que el plan fomentará que las empresas japonesas se deshagan de yenes y adquieran otras monedas, como el dólar estadounidense, lo cual contribuiría a estabilizar el mercado de divisas.
El fortalecimiento del yen, especialmente a partir de octubre de 2010, ha perjudicado enormemente a los grandes exportadores nipones, los cuales contribuyen en un 40% al producto interno bruto (PIB) del país.
El Gobierno tiene previsto incorporar el plan de inversiones en su paquete de estímulo de emergencia, que se espera sea aprobado el próximo viernes.
Gracias al encarecido yen y a los bajos tipos de interés, las empresas japonesas invirtieron en 2012 en 515 negocios en el extranjero, la mayoría en Asia y Estados Unidos, un récord histórico, según Recof, gestora nipona especializada en fusiones y adquisiciones.
La cifra es un 13% mayor que la registrada en el año 2011.