Silbidos y abucheos invadieron el aire y el drama despertó a la audiencia, un drama que la firma de lujo florentina hizo aparecer con una colección otoño/invierno 2013-2014 que mezcla la ropa militar con un homenaje al arte renacentista.
Casi todos los artículos estaban adornados con tachuelas o delicadas cadenas para crear el efecto de una armadura y las minifaldas plisadas, que evocaban a los centuriones romanos, también estuvieron presentes.
Los esmóquines negros y plateados, los pantalones de pitillo y las camisetas de paño dieron paso a grandes abrigos de piel, chaquetas y trajes en negro salpicados de color -- violetas, borgoña, azules y amarillos -- que recordaban al desordenado arco iris de la paleta de un pintor.
Confusos estampados florales cubrían pantalones y camisas de satén y las modelos de Cavalli lucieron grandes pendientes, collares y broches con imágenes de serpientes y águilas.
Además de la estética militar, la marca desveló una serie de estilo años 20 con vestidos de talle bajo y sin mangas, que adquieren vida para la noche gracias a brillantes abalorios.
Durante el desfile de Ermanno Scervino, lámparas de araña colgaban del techo frente a un vídeo que proyectaba la imagen de unas ventanas desde las que se veía el Duomo de Florencia.
La marca subtituló el espectáculo "austeridad y el anhelo de la feminidad" y dijo que la colección era para "una mujer sin tabúes".