Ahora ya se sabe lo que ocurrió hace unas tres semanas... al menos una parte de lo que ocurrió.
Laura Chinchilla recibió en su casa en Santa Ana, San José, al hombre que desde el prefacio de su gobierno representó una incomodidad para la relación con los diputados, Rodrigo Arias.
Llegó solo a la vivienda en el condominio Vista Real. Fue una noche de diciembre, antes de la Navidad, recordó Chinchilla sin esforzarse demasiado por recordar la fecha.
Rodrigo Arias optó por el silencio. Prefiere no dar los detalles de la conversación, aunque sí admitió haber asistido, en respuestas a preguntas de una radioemisora.
Ahí sí mencionaron, al menos, la posibilidad de la renuncia del diputado Guillermo Zúñiga, afín a Rodrigo Arias y a su hermano, el expresidente Óscar Arias. Lo reconoció ayer Chinchilla.
¿Y qué más conversaron? “Básicamente temas de la agenda nacional, como la reforma fiscal y el proyecto de electricidad (...) Como cuando habla cualquier persona preocupada por la agenda nacional”, contestó apresurada.
No se sabe hasta ahora quién dio el primer paso. “No tiene sentido entrar en esos detalles”, enderezó la Presidenta. El exmandatario Óscar Arias estaba lejos.