El obispo de Cartago, José Francisco Ulloa, emprendió una lucha por orientar la sexualidad de los jóvenes y puso ayer en la mesa un enfoque muy distinto al propuesto por el Ministerio de Educación Pública (MEP) en sus nuevos programas de educación sexual.
“No tenemos una química con el MEP, porque ellos buscan y van con otros principios que no aceptamos. Cada quien por su lado”, afirmó poco después de la ceremonia de “vestición” de la imagen de La Negrita.
La Conferencia Episcopal de Costa Rica elaboró y publicó, desde el 2009, la serie “Amor y Sexualidad”, que incluye seis guías educativas y 48 talleres que varían según grupos de edad.
Uno de los temas que causa mayor controversia es el que prohíbe a los jóvenes usar condones y píldoras anticonceptivas.
El diácono Federico Cruz fue quien elaboró el texto y dijo que su objetivo fue “hacer la propuesta desde una perspectiva cristiana”.
Sin embargo, la difusión de estas guías ha quedado rezagada y muy pocos las conocen. Hoy, la novedosa idea de la Conferencia es intensificar su distribución y darlas a conocer a nivel nacional.
“Ahora, teniendo las guías que el MEP está promoviendo, ya para nosotros es más fácil llevar las nuestras a las aulas de catequesis, a los grupos juveniles y a la pastoral familiar”, explicó Ulloa.
Aclaró que la Iglesia no se opone a la educación afectivo-sexual, pero sí teme que “se dé una información biológica, más que formación” con respecto a este tema.
Otro enfoque. Aunque el obispo de Cartago aseguró que respeta al MEP, confirmó que no comparten los mismos criterios y que la principal diferencia entre ambas propuestas educativas es el enfoque.
“No hemos podido tener una relación porque ellos van por otras corrientes, corrientes que quieren ponerse al día, corrientes de género, feministas, de sexualidad libre.
”En cambio, nosotros ya tenemos principios muy claros de comportamiento: la sexualidad se funda en el amor”, declaró Ulloa.
Las guías de la Iglesia van dirigidas, en esencia, a comunidades cristianas y católicas. Esos escritos asignan gran parte de la responsabilidad a los padres de familia, para que ellos eduquen a sus hijos.
A pesar de las discrepancias, Dyaláh Calderón, viceministra de Educación, aclaró que en el MEP apoyan este aporte, aunque resulte distinto al suyo.
“La Iglesia también tiene el derecho de formar a los alumnos dentro de ese espacio privado. Nos alegra que convoque a la ciudadanía a hablar de esto”, añadió.