El proyecto de ley con que se intentó elevar en un 72% el salario de los diputados tuvo inicialmente el fin de beneficiar también a los ministros del Poder Ejecutivo.
El planteamiento lo hizo el ahora exdiputado Jorge Méndez a Laura Chinchilla en la semana previa a la investidura presidencial. Ella de inmediato le pidió excluir a los ministros y dejar en el proyecto solo a los legisladores.
Así lo recordó la presidenta, Laura Chinchilla, horas después de anunciar el veto para el proyecto de ley, el miércoles, con lo cual frustró la aspiración de 35 de los 57 diputados que lo habían aprobado el lunes en primera instancia.
“Don Jorge Méndez me llamó para decirme que el expediente estaba ahí y me preguntó si nos interesaba extenderlo a los ministros de Estado. Yo pedí que no”, contó Chinchilla por teléfono, aunque aseguró desconocer cómo nació la idea original.
Ayer no fue posible localizar a Jorge Méndez, quien lideró la fracción oficialista, se hizo cargo del proyecto y estuvo en comunicación con los diputados entrantes, para intentar adelantarlo.
El proyecto de ley, sin embargo, quedó en el congelador en esos últimos días de la legislatura y no se activó hasta que llegaron los nuevos diputados.
Se aliaron oficialistas y algunos opositores, dieron un trámite rápido, cerraron filas contra la presión popular y contaban con el aumento salarial, hasta que Chinchilla prometió vetarlo, con la intención de evitar salir beneficiada de manera directa al pensionarse.
Ahora el Gobierno reconoce un desgaste de su capital político y no desea más que pasar la página. “No quiero reconstruir los hechos. Sin lugar a dudas, queremos superar este tema, aunque sé que se necesita un un esfuerzo muy importante para restablecer la comunicación con otras fracciones”, agregó.
“Ella tiene una trayectoria profesional y política que la califica más allá de lo que pasó en esta ocasión. Esto no fue un proyecto del PLN, sino de varias fracciones, pero ella es bastante conocida y por eso adquirió un mayor protagonismo”, estimó la mandataria.
Y enfatizó: “Ella nunca quiso engañar a nadie. Si otros señores diputados tienen algo que decir, que lo digan a la Presidencia. Esto lo paramos aquí y por efectos directos sobre mi persona”.
Esta es la forma como Chinchilla pretende allanar el trabajo de coordinación entre el oficialismo y las otras bancadas que pedían el aumento: Movimiento Libertario, Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Restauración Nacional y Renovación Costarricense.
Numerosos proyectos de interés para el Gobierno esperan que las aguas vuelvan a calmarse. La ley general de electricidad, varios préstamos internacionales y otras prioridades de Zapote están pendientes del termómetro político.
Chinchilla sí confía en la unidad de su fracción, a pesar de la ruptura que protagonizaron Víctor Hugo Víquez y Guillermo Zúñiga al votar en contra del aumento salarial.
“Tenemos que acostumbrarnos a que de tanto en tanto haya algunas diferencias, siempre que se manejen a lo interno de la fracción”, opinó Chinchilla.
Consultada sobre la manera como actuó Zúñiga, al dar en el plenario argumentos en contra del aumento, la Presidenta optó por el silencio. “No quiero calificar lo que hizo don Guillermo”.
El exministro de Hacienda se hizo a un lado de su fracción al expresar preocupación sobre las posibilidades de financiar un incremento salarial del 72% para los legisladores, el cual también elevaría las pensiones de los expresidentes de la República.