La melena le cae sobre los hombros. A veces, sobre su cabeza desliza un peine, pero por ahí nunca pasa la idea de cortarse la greña. Esto a pesar de que –de forma recurrente– recibe críticas por parte de sus colegas y provoca revuelo al caminar hacia el altar.
Algunas señoras arrugan la cara mientras él avanza como el extraño de pelo largo. Otras devotas más bien lo defienden así: “No sé de qué se quejan, si Jesús lo llevaba más largo”.
Él es Joan Enric Revertées, mejor conocido como el “padre Jony” aunque el apodo que mejor le sienta es “el cura
Después de oficiar la misa, se pone encima su chaqueta de cuero y pantalones de mezclilla, pero no se quita el cuello clerical. El padre, de 43 años de edad, dice que el llamado a la vocación religiosa le llegó al mismo tiempo que lo picó el bicho de la música.
Cuando mira hacia atrás, las dos facetas están presentes en iguales proporciones. Aprendió a tocar guitarra a los 8 años, y en sus días mozos, fundó su primera banda –Seminari Boys– mientras estudiaba en el seminario de Tortosa.
Cuando entró al ministerio sacerdotal, fundó un grupo de clases de guitarra y desde hace seis años es el líder de una banda, con la que ya ha grabado dos discos titulados
Da conciertos, hace giras, suena en la radio, graba
Curiosamente fue en un concierto de la banda española Ángeles del infierno, donde Joan Enric decidió fundar una banda de
No discrimina géneros y se declara abierto para escuchar a referentes del
Afirma que todas las tendencias musicales son dignas de tomar en cuenta pero que “solo algunas pueden ser de beneficio para los jóvenes, la Iglesia o el bien”.
Con la guitarra en mano y la meta clara, el presbístero creó la Fundación Provocando la Paz , destinada a hacer campañas de beneficencia en institutos educativos. Además se dedica a enseñar valores cristianos a una audiencia principalmente joven.
Ese es su público meta. Por eso, el padre Jony ha creado una particular dinámica para ofrecer el servicio religioso: las misas
Otra obra de su invención es la “plataforma antiaborregamiento”, con la que pretende entretener al público en las misas; y es que él defiende aventurarse a romper moldes cuando el público sea el apropiado: cantos gregorianos para las misas de sacerdotes,
Él mismo acepta que la forma en la que se dan los servicios actualmente tiene un desfase de unos 50 años. Su opinión sugiere cierto distanciamiento entre él y la línea oficial de la Iglesia, cuando se trata de los mecanismos para plantear la evangelización. “Algunos altos cargos deberían ponerse más al día de lo que está pasando en el presente, y dar una respuesta adecuada para la celebración de la fe”.
El padre describe lo suyo como “rock profético” pero en las letras no solo toca temas religiosos. En su más reciente
“(Con mi música) le comparto el mensaje de Dios a mi generación, denuncio injusticias y defiendo a los más desfavorecidos”, asegura.
Con la
Si ha tenido obstáculos, estos se deben a los conservadores que insisten en que el
El cura afirma que siempre se ha sentido respetado en España, incluso entre quienes se declaran abiertamente inconformes con la Iglesia.
Anécdotas le sobran; recuerda por ejemplo la ocasión en que, durante un festival musical, él estaba rezando en un camerino antes de subir a tarima, y en la recámara vecina había una banda inhalando rayas de cocaína.
“Yo creo que luego la vida va situando a cada uno en su lugar. Ellos se destruirán e incitarán a otros a lo mismo; yo llamo a los jóvenes a superarse. A la larga, se verá quién ha hecho un mayor aporte para mejorar el mundo”.