La caja nos lleva al suspenso febril

Los seguidores del escritor Richard Matheson tienen la mesa servida para hoy, con el estreno de una de sus narraciones breves (La caja, The Box) llevada al cine. Cada quien medirá, luego, si se siente satisfecho, pero la película solo mantiene la anécdota principal del relato (algo común en el cine).

El resto lo rellena el filme según las improvisaciones o variables del guion, escrito por el propio director del largometraje: Richard Kelly.

La película, en su título original, conserva el de la obra de Matheson (The Box), esto es: La caja, y así aparece en pantalla con el subtitulado; sin embargo, por algún lado se coló el título innecesario de La caja diabólica (2009), agregado absolutamente comercial y despistado.

Para efectos de esta nota, conservaremos el título apropiado: La caja. La cinta cuenta con el siguiente elenco: Cameron Díaz, James Marsden, Frank Langella, James Rebhorn y Holmes Osborne.

La trama es interesante, con el enigma como guía. Así nos la reseña el boletín de prensa del propio largometraje: estamos en el año 1976. Norma Lewis (Cameron Diaz) es profesora en un instituto privado y su marido, Arthur (James Marsden), es ingeniero de la NASA. Ellos comportan, en todos los aspectos, una pareja normal que lleva una vida feliz en las afueras de la ciudad, con su hijo Walter, de 9 años, pese a que ella tiene una deformación en uno de sus pies (le cayeron unas pesas en los dedos).

La visita de un extraño. Un día, como si se tratara de un asunto terrorífico, un hombre misterioso con un rostro horrible y desfigurado, figura del horror en imágenes, aparece en su puerta y le presenta a Norma su propuesta para tener una vida alternativa, mediante una caja sin sentido alguno (en apariencia).

Norma y Arthur, que solo tienen 24 horas para decidirse, se enfrentan a un dilema moral que atrapa al espectador. Lo que ellos no saben es que ya han empezado a desencadenarse terribles consecuencias. Pronto descubrirán que no pueden controlar los acontecimientos, cada vez más extraños, y que los llevan al límite mismo de sus vidas.