EscucharSigo creyendo que los mejores guiones de Hollywood se están expresando en el cine animado, con historias solventes y muy bien narradas. Lo sigo creyendo, pese al desacierto que viene a ser, precisamente en su libreto, la más reciente cinta animada con el título de
El guion peca por esquemático, por su núcleo argumental innecesariamente alargado, por su mal diseño de personajes, por sus confusiones narrativas, por sus diálogos tontuelos y por el forzado planteamiento de las situaciones, todo ello responsabilidad de los guionistas John Orloff y John Collee, quienes pensaron el libreto más con la molleja propia de las aves rapaces que con la astucia del cerebro.
Seguramente les pasó esto por identificarse demasiado con dichas aves, quienes son los personajes únicos de esta fábula de moraleja fácil (bueno, hay una culebra por ahí que nunca supimos para qué fue puesta en la historia). El guion se basa en los tres primeros libros de los 15 que ha escrito Kathryn Lasky.
Se narran las aventuras de Soren, joven búho que pretende salvar a su comunidad de las fuerzas malignas que se tienden sobre su universo. Soren nació en el bosque Tyto, donde hubo un tiempo en el que habitaban en paz las lechuzas. Para triunfar, nuestro búho y héroe debe encontrar el Gran Árbol Ga'Hoole y alertar a las fuerza del bien para la batalla. El viaje de Soren y sus amigos hacia el citado árbol se le vuelve largo y peligroso.
A mí, fue el filme quien se me hizo largo y tedioso, ¡eso que dura solo 90 minutos!, con su actitud narrativa del todo plana y con una tercera dimensión que nos presenta a las aves casi siempre en primerísimos planos, manera truculenta de enfatizar e infantilizar el fenómeno comercial 3D. Acepto que los planos con profundidad están muy bien logrados.
¿Será posible que a este producto cinematográfico le haya faltado maduración formal y de escritura? Puede ser, porque el avance diario de la tecnología pone contra el tiempo a quienes se meten a hacer cine de este tipo. Con las películas animadas por programas de computación, el avance de la tecnología es una especie de espada sobre la nuca de los estudios cinematográficos: se debe ir pronto antes de quedar rezagados, y esto puede afectar el plano estrictamente artístico del filme.
Es posible que
