27-11-12/Plaza de la Cultura/ Flashmob sobre el cascanueces realizado en la plaza de la cultura en horas de la tarde junto a la orquesta sinfonica juvenil y el grupo de ballet que realizara el cascanueces/Gesline Anrango (Ges_Anrango_Wittingham)
Eran las 2:20 p. m. En la plaza de la Cultura la escena era la de siempre: niños alimentando palomas, novios saboreando un helado y señores mayores viendo pasar el tiempo; sin embargo, el sonido de un clarinete, dos cornos y un contrabajo sorprendió a un San José donde lo único que se esperaba eran las manifestaciones de los motorizados.
Se trataba de un
En conjunto, estas dos agrupaciones interpretaron
Al primer grupo de músicos, poco a poco se le sumaron violinistas, violas, flautas, oboes y chelos.
Mientras eso sucedía, hacia el centro de la plaza dos bailarinas con los brazos extendidos al cielo comenzaron a girar en puntas, ante la mirada sorprendida de los jóvenes que pasaban camino a sus centros de estudio, y de aquellos que corrían para llegar a sus trabajos.
La orquesta se hizo cada vez más grande: trombones, trompetas, fagot, una pesada tuba y hasta un triángulo se abrían espacio entre la gente, para poder unirse al resto de la orquesta y tocar de memoria esta difícil pieza.
El paso gracioso de las intérpretes captó de inmediato la atención de los espectadores quienes, de inmediato, formaron un círculo tan grande como la famosa explanada josefina.
Más y más muchachas se fueron sumando a la danza. Se les vio girando y formando un círculo mientras balanceaban sus manos casi que al compás del viento.
Emocionadas, las niñitas que estaban ahí de casualidad, repetían sus pasos; por un momento las pequeñas se sintieron las primeras bailarinas de un gran espectáculo, moviéndose con la misma alegría que las profesionales.
Músicos y bailarines fueron cómplices en el escenario. Mientras los instrumentistas hacían sonar las piezas con una sonrisa en el rostro, al centro de la plaza un grupo de muchachos se sumó a la coreografía.
Juntos, ellos y ellas se robaron el suspiro y el aplauso de los espectadores que hasta gritaron de la emoción cuando los bailarines cargaban a sus compañeras al aire.
La coreografía duró poco más de cuatro minutos; al concluir, todos los jóvenes artistas recibieron un aplauso y rápido se dispersaron por la plaza capitalina.
La gente engolosinada hasta pidió más, pero no se pudo, porque así son los
Sin embargo, no todo son malas noticias. Este proyecto podrá revivirse una y otra vez a partir del viernes en el sitio de Internet de
Como si fuera poco, podrá compartirlo a través de las diferentes redes sociales.
Al finalizar su participación, ellos expresaron su felicidad.
“Estoy muy satisfecha con el resultado; intervenir San José con danza es nuevo en Costa Rica. Fue muy bonito trabajar junto a la orquesta”, agregó la coreógrafa María Amalia Pendones.
Su colega Patricia Carreras: “Estoy fascinada, me encantó. Quedo muy contenta con el resultado; hemos demostrado que el
Los jóvenes músicos de la orquesta también contaron cómo los enriqueció presentarse en un escenario donde el factor sorpresa convertía la situación en algo completamente impredecible.
“Estuvo muy bonito, me gustó mucho compartir con la gente cuando menos se lo espera”, dijo la violinista Montserrat Siles.
En tanto, el cornista Esteban Jiménez añadió: “Estuvo vacilón no sabía qué iba a suceder, pero al final todo fue fácil”.
Otro que tampoco pudo evitar emocionarse con el trabajo fue Jorge Nájera, integrante del Centro Nacional de la Música, institución a la que pertenece la Orquesta Sinfónica Juvenil.
“Todo fue magnífico, en 20 años que tengo de trabajar con ellos nunca habíamos hecho algo así; la respuesta de la gente fue muy bonita”, aseguró Nájera, a quien con cariño todos lo llaman George.