El Instituto Nacional de Seguros (INS) retoma este año su plan de iniciar operaciones en Centroamérica, para lo cual destinará $300 millones (¢150.000 millones) en su proceso de internacionalización.
El objetivo de la entidad es adquirir el 100%, o ser el socio mayoritario, de una compañía con presencia en la región.
El proyecto del INS de tener operación de seguros en el extranjero se detuvo en el 2009, cuando enfrentó la oposición de instituciones como la Contraloría General de la República, que luego cambió de criterio, la Superintendencia de Pensiones, que supervisaba la entidad en ese momento, y la Procuraduría General de la República.
“Hasta finales del año pasado, rompimos el último escollo de oposición, tras la aprobación de la Contraloría del presupuesto, en el que ya aparece por primera vez la palabra ‘internacionalización’. Ahora empezamos el proceso de conversaciones en Guatemala y Panamá”, comentó Guillermo Constenla, presidente ejecutivo del INS.
El jerarca sostuvo que, debido a los atrasos en el aval, la entidad no pudo cerrar un negocio para adquirir la firma panameña Aseguradora Mundial, de Grupo Mundial, que luego la compró Mapfre.
“El crecimiento del patrimonio del INS es lo que permite a la empresa salir. No permitiremos que la entidad se encoja, tenemos solidez financiera y experiencia”, enfatizó Constenla.
Supervisión. La Superintendencia General de Seguros (Sugese) y la Contraloría sostienen que, pese a que el INS tiene vía libre para operar en el exterior, sí están en capacidad de supervisar las actuaciones de la institución autónoma.
“Las acciones que sobre este particular (internacionalización) realice el Instituto, bajo su exclusiva responsabilidad, sí están sujetas a la fiscalización posterior que pueda ejercer este órgano contralor”, sostuvo la Contraloría ante una consulta de La Nación .
Tomás Soley, jerarca de la Sugese, enfatizó que la incorporación de una nueva operación en el grupo financiero del INS sí necesita del aval del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif). “El criterio a analizar es el impacto en las finanzas de la entidad al incorporar una nueva operación, y su efecto a mediano y largo plazo. Incluso, podemos recomendar al Conassif improbar la acción, si es riesgosa”, añadió.