El de la injusticia social.
Háblenos de su más importante amor.
Es la vida. Lo bueno es que la vida no es un amor prohibido.
Siempre me han gustado los sueños y considero que el arte, incluyendo el cine, es el vehículo perfecto para plasmarlos.
En realidad fue un acto mágico. Pero sí, considero que fui bastante atrevida en animarme.
Me susurró al oído: ‘El relato está muy bien contado’. Creo que logramos rescatar el espíritu de la película.
Plasmar la pasión y la candidez en la relación amorosa entre Sierva María y Cayetano.
Y usted ¿es apasionada o cándida?
Soy un equilibrio justo.
Esta es la única que hubiera podido adaptar para el cine, pero como lectora, me encantan otras obras como Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del cólera y Cien años de soledad.
La verdad, toda nuestra vida está impregnada de realismo mágico.
Me parece que el tema de la intolerancia sigue vigente, pero no solo en la Iglesia Católica sino que en toda la sociedad. Lo peor es que esa intolerancia produce rechazo y violencia.
No necesariamente. A veces, las palabras son muy importantes.
Soy bastante persistente, a veces más de la cuenta y eso me ha traído problemas porque entonces me exijo demasiado.
Creo que la poesía y el cine son dos maneras muy parecidas de ver el mundo.
Muchas, pero entre ellas: la vida del pintor ruso Andrei Rubley, del director Andrei Tarkovsky. También In the mood for love, de Wong Kar-Wai, La Niña Santa, de Lucrecia Martel y Lucía de Humberto Solás.
Diría que la película Las horas, dirigida por Stephen Daldry.
No sé cómo responder esa pregunta. Estaba tan metida en la producción de mi película, que no he podido ver las nominadas.
La Hilda de ahora es una mujer más madura, más serena y confiada en la gente. Lo que no ha cambiado es mi capacidad para sorprenderme.
Hago yoga desde hace dos años, leo y tomo fotografías.
La hamaca del Marqués de Casalduero, un personaje de la cinta. Todavía no tengo una terraza para lucirla como se debe.
Tengo en mente hacer dos proyectos, un documental y una cinta de ficción. Hay que ver cuál de los dos germina primero.