Todos sabemos que mantener una vida físicamente activa hace una gran diferencia en nuestro estado de salud.
Realizar al menos 150 minutos semanales de ejercicio de intensidad moderada a vigorosa contribuye, en gran medida, a disminuir los riesgos de sufrir un evento cardiovascular. También es una muy buena estrategia para mantenerse en un peso ideal. Sin embargo, ¿puede el ejercicio contribuir a mejorar su capacidad cognitiva? ¿Lo puede volver más alerta y capaz de pensar mejor?
Un equipo de investigadores canadienses cree que sí. El grupo, liderado por el doctor Martin Juneau, director del Área de Prevención en el Instituto del Corazón de Montreal, basa su afirmación en los resultados de un experimento, cuyas conclusiones se presentan hoy en el Congreso Cardiovascular de Canadá.
Para la prueba, los científicos reclutaron a adultos con sobrepeso y sedentarios. La edad promedio de los participantes era los 49 años. Los voluntarios se sometieron, a lo largo de cuatro meses, a un entrenamiento de ejercicios de alta intensidad en pequeños intervalos: dos veces por semana completaban una rutina de bicicleta estacionaria, seguida de un circuito de entrenamiento con pesas.
Como era de esperarse, tras cuatro meses cumpliendo la rutina de ejercicios, los voluntarios redujeron su peso, su porcentaje de grasa y también el tamaño de su cintura.
No obstante, también mejoraron su capacidad mental. Los médicos, además de pesar y medir el porcentaje de grasa de cada voluntario antes de iniciar la intervención, también les realizaron pruebas neuropsicológicas y midieron la irrigación de sangre en el cerebro.
Al cabo de cuatro meses, las pruebas mostraron que los cerebros de los voluntarios tenían una mayor irrigación de sangre y los resultados de las pruebas neuropsicológicas mejoraron: la capacidad mental mejoró.
Así que ya lo sabe, realizar ejercicio no solo lo hará tener un cuerpo más sano, también es bueno para su mente.