Dos horas después de lo prometido, los diputados del PLN llegaron anoche a Casa Presidencial para escuchar la posición de la presidenta de la República, Laura Chinchilla, sobre quién debe dirigir la Asamblea Legislativa.
Pero al cierre de edición, a las 10:17 p. m., el Gobierno aún no tenía un candidato definido. Un año antes, a esta misma hora, Víctor Emilio Granados, del Partido Accesibilidad Sin Exclusión (PASE), ya era la ficha del Poder Ejecutivo.
Ahora, la fracción del Partido Liberación Nacional (PLN) quiere retomar el control que perdió en mayo de 2011, cuando la alianza de oposición impidió la reelección de Luis Gerardo Villanueva.
El cartaginés ha hecho lo imposible este año por conseguir los votos, dentro y fuera de su fracción, para volver a la presidencia, pero no es el único interesado.
El actual presidente, Granados, también quiere la reelección, lo que complica la situación para el partido de Gobierno.
De ahí que Chinchilla, junto con el ministro de la Presidencia, Carlos Ricardo Benavides, se vieron obligados a intervenir en la negociación de la bancada verdiblanca. Según el jefe de la fracción oficialista, Fabio Molina, y el diputado Víctor Hugo Víquez, la opinión de la mandataria es un insumo que “debe ser tomado en cuenta”.
Pero hay diputados liberacionistas que consideran que Villanueva debe dar oportunidad a alguien más. Entre ellos Víquez, Jorge Rojas y Siany Villalobos.
“Si doña Laura me pide que vote este año por alguien de otro partido, entonces me presento yo por la presidencia”, anunció Rojas.
La Presidencia no da por cerrado el capítulo de amor con Granados y repite, una y otra vez, que les llevó gobernabilidad y paz.
Benavides no descarta que, en la actual situación de desacuerdo, la decisión se pueda tomar incluso el 1.º de mayo, por la mañana, durante el desayuno del PLN.
Cita tardía. La cita de anoche estaba programada para las 6:30 p. m., pero los diputados llegaron dos horas tarde, porque en el plenario no hubo consenso sobre la agenda que debían tramitar hoy.
La primera en llegar al encuentro con la mandataria fue la diputada liberiana María Ocampo.
Después llegaron veinte diputados más. Los ausentes fueron Luis Antonio Aiza y Rodrigo Pinto, a quienes excusó el jefe de la bancada, Fabio Molina.
Pinto sigue molesto con la Presidencia porque no lo complacieron con el nombramiento de un gerente para Japdeva y, según afirmó ayer, “las fricciones persisten”. Mientras tanto, Aiza tuvo un problema personal, dijo Molina.
Obedientes. Pese a los desacuerdos internos de la fracción, la obediencia a Chinchilla se perfila como la eventual solución.
Edgardo Araya, por ejemplo, le va a Villanueva, pero se sumaría a la fracción si llega a un entendimiento. “Hay que seguir la disciplina”, expresó.
Por su parte, Annie Saborío tilda a la presidenta como la jefa de la fracción. La legisladora también es “villanovista”.
“Un liberacionista debe presidir. Respeto la línea de Laura Chinchilla. Ella es muy inteligente y cautelosa, sabe leer políticamente”, sostuvo la diputada Ocampo.
Benavides no dio mucha esperanza de que saliera humo blanco anoche. No obstante, indicó que antes de dar línea, siempre intentan convencer a los diputados. “Esperamos que esta vez, igual podamos”, manifestó.
Al cierre de edición, la cita entre la fracción liberacionista y las autoridades del Gobierno se mantenía a puerta cerrada, sin que se tuviera noticia de algún acuerdo.