Actividad TEDX en el Audotorio Nacional Museo de Los NiosLaura Chinchilla
Desde el hielo del polo sur terrestre hasta el mismísimo Plutón, a ritmo de Chopin y flauta traversa, con olor a café y sabor a escabeche, más de 8.500 personas de 41 países disfrutaron ayer –en vivo o por transmisión en Internet– del TEDx Pura Vida 2011.
El evento invitó a compartir ideas y hablar con “extraños” (en todo el sentido de la palabra), pero curiosamente, la mayoría de las conversaciones versaron sobre un mismo tema: la Tierra y la necesidad de encontrar la manera de protegerla o explorar nuevas alternativas incluso fuera de nuestro Sistema Solar.
Genialidad científica, locura artística e irreverencia económica y social fueron los principales ingredientes del coctel de conocimiento que las mentes nacionales degustaron durante casi 10 horas, en
La jornada comenzó a las 8:40 a. m. con el Auditorio Nacional del Museo de los Niños a reventar. “Hoy vamos a dedicar el día a difundir ideas y a compartirlas”, dijo el organizador Roberto Sasso, dándole la bienvenida a más de 650 personas que se apersonaron al sitio (entre “cuellos blancos” y “chancletudos”).
La colombiana Adriana Ocampo, del programa Nuevas Fronteras de la NASA, fue la primera en dejar a todos boquiabiertos. Habló, literalmente, con un dinosaurio que le comentó cómo ella sería una bella reptil, en lugar de mamífero, si un meteorito no se hubiera estrellado contra la Tierra hace 65 millones de años. “Las enseñanzas de la extinción de los dinosaurios es que no vivimos en una isla. Somos astronautas en una nave espacial que se llama Tierra. Así que: ¡protégela!”, dijo la científica, quien lidera más de cinco misiones de búsqueda de vida en Venus, Júpiter y Plutón.
De igual forma, Tasso Azevedo habló de la deforestación en Brasil y la necesidad de “combatir el cambio climático, un árbol a la vez”. Con esa filosofía, Brasil logró bajar la deforestación a 6.400 km².
Más tarde un video de Martín Varsavsky, fundador de la organización del mismo nombre, enfatizó que las redes inalámbricas para acceder a Internet desde los aparatos móviles no son un lujo, sino una necesidad. “Sin embargo, para lograrlo en Latinoamérica es necesario primero vencer las barreras de la burocracia y la corrupción de los gobiernos de la región”, agregó.
Luego, Sugata Mitra cautivó con un experimento educativo en que los alumnos se enseñan entre ellos y, más tarde, Miguel Fuentes, de la Fundación CRUSA, cuestionó la educación “formal”. Para él, la “tecnología no debe ser un punto central en un sistema educativo”, sino que debe ser un conjunto que se acompañe con motivación de los docentes y entusiasmo por investigar y cuestionar.
La reflexión del mexicano Juan Manuel Huerta sobre inteligencia artificial hizo el cierre de la jornada matutina. Según él, vamos hacia el momento en que las computadoras nos entiendan, nos respondan y hasta borren la barrera del lenguaje, pero aún falta. “Todavía no aparece el Einstein de la inteligencia artificial”, bromeó.
Otra mujer, esta vez ni más ni menos que la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, llevó la reflexión de las tecnologías hacia su trinchera: la política. Con tono y vestimenta relajada, Chinchilla se burló de los políticos al decir que aprendió de Twitter que si no pueden explicarle una idea en 140 caracteres –tamaño estándar del formato– es porque no tiene claro qué decir. “Eso debería aplicar para los diputados”, dijo.
El biólogo Ignasi Cubiña vino después y expuso cómo los edificios pueden ser fuentes de productividad. Habló sobre la necesidad de crear productos y procesos que no generen residuos, sino que permitan una reutilización de la energía.
Una vez más, la física Diana Valencia asegura que un mundo habitable fuera del Sistema Solar es absolutamente posible.
Hernando de Soto habló de la situación de los indígenas en la amazonia. Y al cierre, Roberto Artavia preguntó. “¿Cómo vamos a dinamizar la economía de frontera cuando no la conocemos?”.