Parece el Principito de Saint Exupéry, con su aire de niño bueno, bien puesto, sin mácula y serio. Pero eso es solo el protector de pantalla, porque en realidad es hombre de chancletas, jeans rotos, camisetas sin mangas y una gorrilla.
Así es en realidad Freddy Serrano, director de noticias del Canal 9, que en poco más de 15 años de carrera profesional pasó de practicante en La Prensa Libre a ser el líder de un equipo noticioso que asegura haber exorcizado de la pantalla los muertos, el morbo y el chisme de parroquia, a cambio de informaciones serias y balanceadas.
Hijo de educadores, su madre doña Shirley es una orientadora pensionada y don Freddy –el padre, ya fallecido– era maestro de escuela y se retiró para dedicarse a la importación de vehículos.
Pudo ser dentista pero se impuso la “mozotera” que desde niño lo animó a ser el más bombeta de la escuela y el colegio; alumno regular de esos que pasan a empujones, encontró en el periodismo su piedra de toque, una carrera en la cual su padre le vaticinó que ganaría apenas para comer.
Como Freddy no es de los que hacen caso se graduó como reportero y siendo estudiante comenzó en el noticiero de Repretel, en 1998; pasó a Buen Día, de ahí a presentador en Telenoticias y más tarde –en el 2008– a las grandes ligas del periodismo: la filial en Texas de Univisión y de ahí a NTN 24 de Colombia, donde dirigió ese canal.
Cansado de rodar tierras aceptó una buen oferta para “crear” el noticiero de Canal 9, y darle la pelea a quienes una vez fueron sus mentores. Aún le falta mucho por subir en el palo enceba’o de la televisión local: “mucho más experiencia, más estudio, más rigurosidad con lo que hago, tengo muchas más capacidades de las que he ejercido.”
El éxito temprano, dice, generó ronchas en algunos envidiosos que lo tildan de pagado de sí; pero asegura aceptar las críticas con madurez. “Aprendí que en este mundo uno atrae más abejas con azúcar que con sal. Ahora tampoco aguanto mucho, pero me contengo más.”
Por esos rebotes de la vida es el director de un equipo de personas pero, asegura que no se desvive por el poder. “Extraño el contacto con la gente y andar en la calle; como jefe uno debe pensar en muchos asuntos, desde los vehículos disponibles hasta monitorear las noticias para que nada se nos vaya.”
A punto de cumplir un año de operaciones, está convencido de que su noticiero va rumbo a ser el primero en sintonía, sin necesidad de apelar a los levantines taurinos de fin de año.
--Creo que sí. Desde niño siempre tuve ganas de sobresalir, de colaborar en todo: en la escuela tocaba la campana, cantaba en el acto cívico y sigo siendo un bombeta, pero ahora profesional.
--Soy de Grecia y ahí la gente no puede ser “cae mal”. Soy dicharachero, apapachador, sencillo, introvertido, sincero y reacio a involucrarme con quien no conozco.
--Soy fiel y doy la vida por ellos; los amores pasan, los amigos quedan. Solo tengo los amigos necesarios y habrá gente a la que no le caigo bien.
--Es inevitable. En Costa Rica el éxito ajeno es intolerable; hago como los bueyes…veo solo para adelante. La envidia es un ácido, la descalificación, la crítica, el puñal, la hipocresía es el común denominador; pero la intriga se apaga con más trabajo.
--¿Le jalaron los pies?
Sí, con el chisme y la mentira, pero eso es parte de este ambiente, lleno de egos y envidias, pero la verdad es que al final se sabe quién es quién y el televidente es el juez final, para verdades el tiempo.
-- Tengo un carácter fuerte y no tolero la vagancia; uno tiene que mantener un grado de liderazgo con los muchachos; soy el que les ayuda, los guía, les aplaude; es que uno careció de eso en los primeros pasos en esta carrera tan bonita y gratificante, pero injusta porque los jefes no le dedicaron a uno tiempo para dirigirlo y mostrarle el camino. Trato de dedicarles tiempo a los que tienen pasta.
--El que piensa así es un idiota. Hay tontos que afirman que un periodista que sale en televisión es mejor que otro; hay una buena cantidad de jóvenes que piensan que ser periodista es como vivir en las estrellas, ser reconocido y tener mucha plata.
--¿Usted tiene plata?
--Vivo contento conmigo mismo y cómodamente. La plata es para gastarla, no soy ahorrativo, ni la he botado irresponsablemente. Para el otro año espero comprar una casa. Viví en Estados Unidos y Colombia, me pagaban bien pero papá tenía razón: el que estudia periodismo solo gana para vivir con decencia.
--¿Por qué regresó?
--Era hora de arraigarme. Ya no estoy tan joven y quería establecerme; vivir afuera me hizo crecer y valorar a mi familia, a los amigos y al país. Muchas veces estuve a punto de agarrar la maleta y devolverme.
--Solo, en Pozos de Santa Ana. Me fui del país cuatro años y uno se acostumbra; ya no me veo viviendo con mi mamá. Necesito mi espacio, pero sin libertinaje, soy muy tranquilo.
--Las relaciones consumen mucho tiempo, ahora no lo veo como una prioridad; más adelante tal vez y si el día de mañana aparece alguien que me interese mucho y hago química no le cerraré las puertas, no ando en plan de conquista –soy muy miedoso–, estoy para que me conquisten.
--El fin de semana me voy a Grecia, ese es mi oasis. Visito a mi abuela Adaluz Acuña. En el campo siempre hay algo que hacer; soy muy malo para tomar licor, canto karaoke. Voy a la casa de mis amigos y me tiro a la piscina.
-- Estoy totalmente consagrado al canal. No tengo tiempo ni para mí, ni para novia, ni para nada. Esto me consume, demanda mucho tiempo.
-- Sí. Los ideales de este noticiero son los de todos los compañeros que lo diseñamos; es como el hijo que siempre quise tener y no he tenido.
--Espero tener hijos, las vueltas de la vida son impredecibles. Sería un papá alcahuete. Me gustaría ser padre y no me queda mucho tiempo para ello, ya tengo la edad de los locos. El 10 de noviembre cumplo 35 años.
--¿Este es un buen hijo?
--Sí. Es limpio, serio, sobrio, inteligente, satisfactorio. Lo copié de los gringos que tienen la disciplina de hacer programas ágiles, ejecutivos, cuando uno lo ve se siente informado. Vamos por buen camino.
--Es diferente. Repretel y Telenoticias son una copia al carbón. Los respeto mucho, pero creo que exacerbaron esa lucha por el rating. Las noticias son un negocio de captación de audiencia para obtener un resultado publicitario, pero también son y deben ser un espacio de servicio para educar e informar a la gente. Somos una nueva ventana.
--Debo aclarar que cuando recién llegué, el noticiero más relevante del país dedicaba mucho tiempo al resumen de los levantines de los toros, era bastante extenso y eso me parecía dentro de esa tendencia de hacer noticias para ganar sintonía a toda costa, y que nosotros no haríamos.
--¿Qué pasó con el periodismo tico?
--La televisión cayó en el facilismo; se vende el morbo, la sangre, el drama, el chisme, el espectáculo, la nota curiosa. La noticia seria quedó abandonada.
--No explotar el morbo y los sucesos. La gente pide eso, marca el rating pero nosotros planteamos un cambio de hábito; sí se puede y hemos tenido una reacción positiva porque el público valora sentarse a las ocho de la noche y ver un noticiero serio y entretenido, sin ser aburrido. Los muertos venden, y mucho, pero también la noticia de investigación y la de servicio.
--El tiempo que sea necesario. La empresa está casada con este tipo de concepto. Esta compañía no es tica y esa es la ventaja. Me contrataron porque he tenido otro tipo de visión, que es hacer periodismo más allá de Costa Rica. Somos una apuesta diferente.
--¿Y que opina el público?
--Puede sonar petulante pero no ha habido un televidente, ni experto en televisión, que me haya dicho que los noticieros de Canal 9 son malos; al contrario, he tenido las mejores referencias, tanto del ciudadano como del colega y eso me indica que vamos por buen camino.
--A la 1:30 p.m. es NC11, contra ellos tenemos la misión de quitarle audiencia en el corto plazo; de niño admiraba a don Alexis por su trayectoria, ahora solo lo respeto. No lo conozco. Soy muy amigo de Pilar, puedo decir, esperando no equivocarme, que es amiga mía. Ella es mi maestra, su consejo y crítica para mí son la palabra final.
--Es una colega que admiro porque tuvo el coraje de salir del país y le ha ido bien. Compartí apartamento con ella, siendo estudiantes en San Pedro. Un día a los dos se nos ocurrió cuál sería el paso a seguir después de Canal 7. Éramos jóvenes y creíamos que estábamos para más. Por eso buscamos una alternativa en otro país; yo fui el primero en salir y después ella.
--Si viniera un cazatalentos muchas redacciones se quedarían con la mitad de comunicadores; somos muy buenos porque tenemos muchas ventajas; hablamos bien español con una pronunciación neutra, un estilo de periodismo libre y somos un país pequeño pero muy competitivo a nivel periodístico.
--¿Le sirvió lo que aprendió en la Universidad?
--Tengo una licenciatura en producción televisiva; la teoría me sirvió en un 40 por ciento porque el otro 60 está en la calle, en el día a día. Los periodistas tienen que ser profesionales, no a medias; tiene que haber formalidad y poseer un título porque es acto de respeto para el público.
--¿Qué opina de los noticieros que toman partido por ciertas causas?
-- Está bien si su línea editorial así lo define, eso sí debe ser transparente con el televidente; deben ser causas nobles, de bien social, lo que no está bien es que se presente una noticia como imparcial cuando no es así.
-- Somos independientes, rigurosos con el tiempo que se le dedicará a cada candidato porque debe ser equitativo; abriremos los espacios necesarios para el debate.
-- Con filosofía. Antes era impetuoso, una ametralladora para contestar y para hablar; era muy desbocado. Por ahí de los 25 años comencé a bajar el tono; era un ímpetu bien intencionado por hacer las cosas bien y me molestaba la gente vagabunda y negligente.
--¿Hace poco le dieron palo por una entrevista con Karina Bolaños?
--Uno tiene que aprender a leer las cosas con mayor frialdad. Aprender de los que tienen razón y olvidarse de las mal intencionadas y seguir para adelante. Estoy consciente de que faltaron algunas preguntas a Karina Bolaños, pero en realidad mi labor en ese momento no era acribillarla ni lapidarla, era escucharla y eso le ofrecí para que se expresara; de ahí en adelante los hechos hablaron por sí solos y contestaron las dudas de los costarricenses.
-- Si me lo roban me echo a morir, es como si me faltara el agua.. Vivo pegado al teléfono 24 horas. Soy adicto, enfermizo; ahí está todo mi trabajo. Tengo cinco razones que me matan: e-mail, agenda, mensajes de texto, Twitter y Facebook.