París (AFP). Francia y Holanda instaron este jueves a las empresas que se especializan en filtrar y bloquear el acceso a contenidos de Internet a dejar de ayudar a los países represivos a censurar a sus ciudadanos, y a defender la libertad de expresión, y en particular de los ciberdisidentes.
"Debemos apoyar a los ciberdisidentes, tal como hemos apoyado a los disidentes políticos", declaró a algunos periodistas el ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, poco después de la apertura de la primera sesión de un "grupo piloto" formado por unos veinte países, empresas y ONG, encargados de definir un marco para la libertad de expresión en Internet.
"Internet no debe convertirse en un instrumento de propaganda, de viligancia, de censura", ni tampoco en "un vector de odio racial o religioso", añadió el canciller francés. "No es una batalla ideológica, no es Occidente contra el resto del mundo", dijo.
Es necesario "definir medidas concretas para que Internet sea un foro universal", afirmó, por su parte, su homólogo holandés, Maxime Verhagen. "Irán bloqueó sitios y redes sociales", lo cual es "una violación de los derechos humanos", recordó.
Creado por Francia y Holanda, el "grupo piloto" tiene como misión crear un código de conducta internacional para las empresas privadas exportadoras de tecnología de filtración y bloqueo, así como un mecanismo de seguimiento de los compromisos de los Estados para la libertad de expresión en Internet.
Una sesión ministerial tendrá lugar en octubre en Holanda.Al ser interrogado acerca de si China será invitada, Maxime Verhagen respondió que podría "ser útil" que lo sea."Las nuevas tecnologías permiten a las autoridades ubicar las voces disidentes", lamentó.
Representantes de grupos tecnológicos como el franco-estadounidense Alcatel-Lucent y los norteamericanos Cisco, Miscrosoft o Google, asistieron a la reunión.
El secretario general de Reporteros Sin Fronteras (RSF),Jean-François Julliard, indicó que su organización quería convencer a las empresas "de no vender cualquier cosa, de cualquier manera" en China, Irán o Birmania.
Se sabe que los materiales vendidos "permiten en un momento dado refozar la vigilancia sobre los ciberdisidentes y el control", precisó Julliard. Es "el caso de Alcatel, que vende material de comunicación, de vigilancia telefónica, al Gobierno birmano; de Nokia, (que) vende material de telecomunicaciones a las autoridades iraníes; de Cisco, que entrega routers, modems y encriptadores a las autoridades chinas".
La Premio Nóbel de la paz iraní Shirin Ebadi denunció en varias ocasiones la entrega al régimen de Teherán por los grupos finlandés y alemán Nokia y Siemens de "programas que permiten vigilar las conversaciones telefónicas y los intercambios electrónicos".
"También nos hemos interrogado acerca de la responsabilidad de France Telecom, accionario de algunos operadores en Marruecos o Túnez, donde tampoco hay libertad total de circulación de las informaciones en Internet", precisó Jean-François Julliard.
"En Estados Unidos, Yahoo, que respetó la ley china y por culpa del cual un joven chino fue encarcelado, reconoció su error y creó un fondo de compensación para los ciberdisidentes", añadió.
Estados Unidos está trabajando en un "proyecto de ley que permita que las empresas estadounidenses ya no respondan a los pedidos de información de esos gobiernos represivos", agregó el responsable de RSF.