Lourdes Cervantes, devota vecina de Desamparados, llevó entre sus brazos la imagen de la Virgen María Auxiliadora durante todo el trayecto de la procesión.
Es su particular forma de agradecerle a la Virgen el bien que le aportó a su vida.
“Viví 20 años en unión libre y mi esposo era alcohólico; le pedí a la Virgen y dejó de tomar”, contó esta feligresa. Este año cumplirán cinco años de casados.
La celebración en honor a María Auxiliadora se inició en la madrugada, con la tradicional peregrinación de fieles, imágenes y el rezo del rosario por las calles de San José.
A las 4 a.m. de este jueves, la marcha arrancó al ritmo de Las mañanitas cantadas a la Virgen.
Niños con sus uniformes de escuela, madres y padres, pero sobre todo adultos mayores, coparon la avenida cuarta josefina en este especial desfile.
El recorrido por paseo Colón y el barrio Don Bosco concluyó frente a la casa de la Virgen, con una misa.
Peticiones. Salud, trabajo y unión fueron las peticiones más clamadas entre los fieles entrevistados.
“Sobre todo, le pedimos salud; sin esta no somos nada”, declaró el feligrés Johnny Morales.
Muchas fueron las madres que rogaron para que el futuro de sus hijos sea próspero, con un trabajo y mucha sabiduría.
La unión familiar fue otra de las consignas más repetidas en el mensaje de los fieles.
Red de voluntarias. Un grupo de madres, amigas y creyentes fue el encargado de alistar el desayuno y el almuerzo para venderles a los cientos de asistentes que pasaron por la Casa de María Auxiliadora.
La recaudación se destinará al fondo de la obra social de esta iglesia, situada en el barrio Don Bosco.
Una de las voluntarias más veteranas, Nydia Rodríguez, colabora con la causa desde hace 32 años, los mismos que lleva esta celebración.
“Todo esto me ha enseñado que es lindo solidarizarme con la gente”, exteriorizó.
Junto a la mujer, sus tres hijas asintieron.
“Lo bello es ver la gran cantidad de gente, el fervor con el que participa, y todo lo que esto permite hacer en labores sociales”, añadió una de ellas, Gabriela Quesada.
Las eucaristías se sucedieron a lo largo de todo el día, hasta las 6 p. m. El festejo lo cerró una serenata de mariachis.
La beata Sor María Romero era fiel devota de María Auxiliadora. Era a esta Virgen a la que pedía por los milagros de los fieles.