Hoy inicio en el Teatro Nacional el Festival de Coreografos 2012 Graciela Moreno dedicado a Rogelio Lopez.6/9/12. Obra Fallido del coreografo Alejandro Flores. (JORGE CASTILLO)
Un variado menú de temáticas y formas de abordar la danza se disfrutó la noche del jueves, durante la inauguración del Festival de Coreógrafos en el Teatro Nacional.
La sala, llena casi en su totalidad, recibió a un público distinto al que la habita usualmente: jóvenes de actitud desenfadada, irreverentes ante el código de vestimenta que guardan los adultos cuando van a ver orquestas al lugar, pero con el mismo amor al arte.
A eso de las 8:30 p. m., la oscuridad de la sala anunciaba el inicio de la función; sin embargo, sorpresivamente, ocho artistas repartidos entre la luneta armaron un alboroto: saludaban, contaban infidencias y se despojaban de su ropa.
Escasos de prendas y envueltos un mar de de carcajadas, los artistas saltaron al escenario. Ahí, presentaron Fallido , de Alejandro Flores, obra que crítica las estructuras sociales en las que nos desarrollamos los seres humanos; entre ellas, el sistema educativo.
Para esto, el creador recurrió al humor, el cual fue aplicado tanto a la danza como al uso del vestuario, pues los personajes de esta obra sacaban los implementos más insólitos de lugares insospechados de sus cuerpos.
Llegó la nostalgia. De las risas que provocaron los intérpretes liderados por Flores, la noche se tiñó de nostalgia en la coreografía Camilo en Brunoise , retrato de las relaciones de pareja que se acompañó por las bellas notas de la Suite N.º 1 para violonchelo, de Johann Sebastian Bach.
El drama de una pareja que se separa y aborda temáticas paralelas como la melancolía y la dependencia puso a suspirar al público. Emocionado, el auditorio completo les aplaudió al finalizar esta coreografía de Vivian Rodríguez.
Como agua entre las manos, así transcurrió la primera noche de este festival; en un abrir y cerrar de ojos el público ya estaba disfrutando la tercera y última obra: Balam , del experimentado Antonio Corrales.
Descrita por el creador como un ritual a esa fuerza superior de los seres humanos, esta pieza llenó de misticismo el escenario con una danza en la que los artistas hicieron referencia a la purificación del espíritu mediante el uso de agua y la veneración de la naturaleza.
Complementaron toda esta atmósfera con la participación de los músicos Andrés Bonilla y Danilo Dajo, quienes tocaron instrumentos de percusión y de viento.
Todo el teatro observó quieto y con gran respeto por el rito contempló lo que ocurría en escena.
Al finalizar la noche, los coreógrafos y sus bailarines salieron a saludar al público. La gente les agradeció con un aplauso tan fuerte que el ruido del tránsito que pasa por la avenida segunda dejó de escucharse por un par de minutos.
Buena reacción. A la salida del teatro, solo buenos comentarios se escucharon.
“Me gustó la variedad que se ofreció; hay estilos y conceptos muy diferentes”, dijo Rodolfo Seas, director de UNA Danza Joven.
La psicóloga Noemi Serrano y la periodista Daniela Fernández coincidieron en que su obra favorita de la primera noche fue Camilo en Brunoise, por la forma en la que abordó el tema del amor y por exponer claramente la obra.
El festival continuará hoy y mañana, siempre a las 8 p. m.