El exministro de Seguridad José María Tijerino está convencido de que las medidas que tomó ante la invasión de isla Calero evitaron una guerra con Nicaragua.
El exjerarca, hoy diplomático destacado en Uruguay, dejó claro que el inicio de las obras en la zona norte, que terminaron siendo la trocha fronteriza, comenzaron gracias a su gestión para defender el país.
Además, recalcó que no tuvo injerencia en ningún proceso de contratación para las obras que ahora son investigadas por la Fiscalía ante posibles actos de corrupción y que llevan frenadas un año.
Sin embargo, sí insistió en que su participación evitó el derramamiento de sangre, luego de que instara a altos mandos del Gobierno a tomar medidas de contención en la frontera con Nicaragua.
Medidas como mejorar caminos fronterizos y poner pilotes en los ríos Sarapiquí y Colorado se tomaron luego que Tijerino denunciara la invasión del Ejército nicaraguense en isla Calero.
Tijerino se defendió cuando el diputado del Partido Acción Ciudadana (PAC) Manrique Oviedo le dijo que había sembrado una “psicosis de guerra”.
“De ninguna manera admito que hubiera una psicosis de guerra. Al contrario, fuimos prudentes, aconsejamos prudencia: evitar el conflicto. En caso de un ataque del Ejército nicaraguense, la orden era responder el fuego, informar y retirarse”, expresó Tijerino.
El ahora embajador dijo que, ante todo, la orden era “no provocar el conflicto. No había psicosis de guerra. Había una adecuada ponderación de las amenazas reales. No se las inventó Tijerino. El país estaba parcialmente invadido, en una mínima parte, pero teníamos a todo un ejército rampante al otro lado de la frontera”.
La comparecencia de dos horas de Tijerino permitió a los diputados de la Comisión de Control de Ingreso y Gasto del Congreso tener claro dónde surgió la propuesta de invertir en caminos de la frontera norte que, al final, derivaron en actos que están bajo investigación.
Según Tijerino, las tensiones con Nicaragua pusieron al país en una situación vulnerable, y su actuación permitió manejar el conflicto por la vía del derecho, mediante la demanda por la invasión nica ante la Corte Internacional de Justicia en La Haya, Holanda.