No hay resultados oficiales y el Tribunal Electoral, controlado por el oficialismo, avisó que no los habrá hasta el sábado 29.
Sin embargo, un recuento extraoficial de la red de televisión privada ATB adelantó que anularon el voto cerca del 45%, depositaron sufragios válidos casi 38% y votaron en blanco 17%.
Morales, que prometía ganar con el 70% de sufragios válidos y presumía de siete éxitos consecutivos en las urnas, no ha aceptado aún la derrota, pero tampoco cantó victoria cuando pronunció por televisión un breve mensaje.
Evitó hablar de resultados, ignoró los reclamos de la oposición para anular los comicios y no respondió preguntas de los periodistas convocados a una supuesta rueda de prensa en la noche del domingo.
En cambio, prefirió destacar la gran asistencia de ciudadanos a las urnas, obviando que en Bolivia el voto es obligatorio y la abstención está penalizada.
Los votos en blanco o nulos fueron propuestos como “castigos” por la oposición contra lo que denuncian como “innumerables irregularidades” en el proceso para elegir a los magistrados de los máximos tribunales.
Analistas y diplomáticos consultados por EFE en La Paz coinciden en que la oposición boliviana haría bien en no confundir la derrota del presidente Morales con un triunfo propio, porque el resultado de esta elección se debe más a errores del mandatario que a méritos de sus adversarios.
Algunos analistas ironizan que Morales está forjando una nueva mayoría, pero ahora en contra, y destacan dos “autogoles” anteriores de este gobernante tan aficionado al futbol, reelegido con 64% de los votos en 2009, pero con la mitad de ese apoyo ahora, según las últimas encuestas.
El primero fue el “gasolinazo” de diciembre del 2010, cuando intentó subir los precios de los combustibles hasta en 84%, lo que originó una oleada de protestas, obligándolo a retirar la medida.
El segundo “autogol” ha sido su violenta respuesta a los centenares de indígenas de la Amazonía que marchan desde el 15 de agosto y se niegan a que una carretera financiada por Brasil parta por la mitad la reserva ecológica del Tipnis.
La represión de la marcha el 25 de setiembre, con una brutalidad que incluso Morales calificó de “imperdonable”, lo hizo perder a muchos partidarios y aliados, y causó una crisis de gobierno con los ceses de dos ministros, un viceministro y el subjefe de la Policía, entre otros.