Los datos son cada vez más alarmantes. 63 de cada 100 estadounidenses sufre de sobrepeso o es obeso, según un amplio estudio realizado hace apenas dos años. Visto desde otro ángulo, dos de cada tres ciudadanos de ese país padecen de sobrepeso y uno de cada tres de obesidad. 26 millones padecen diabetes tipo 2 y 79 son prediabéticos.
Las cifras, que se han venido incrementando durante las últimas tres décadas, no importa como se vean, son de proporciones epidémicas al igual que sus consecuencias.
El tamaño físico de los estadounidenses y el peso de toda una nación parece crecer proporcional al de las porciones y a un cada vez mayor número de tentadoras ofertas de comida grasosa, azucarada y cargada de calorías.
El fenómeno no podía pasar desapercibido para las autoridades de salud ni para la televisión. La cadena HBO lidera una campaña informativa, de educación y de toma de decisiones, y como parte de esta iniciativa nos llega el documental
El filme está dividido en cuatro entregas y la primera de ellas se estrena este martes 5, a las 9 p.m.. Cada una de las partes (que se transmitirán en los sucesivos martes de junio) explora el tema a profundidad por medio de entrevistas a pacientes y expertos, estadísticas y un análisis severo a la industria alimentaria moderna.
En el primero de cuatro capítulos,
Para darle rostro al problema, este episodio cuenta la historia de Cindy, una mujer madre de dos hijos y abuela, quien pasó de unos 50 kilos (cuando se casó) a engrosar la lista de personas obesas del país a partir de su primer embarazo.
El episodio enseña cómo la salud y los malos hábitos desarrollados durante las etapas tempranas de crecimiento pueden llegar a tener serias consecuencias en la vida adulta de las personas, aún siendo jóvenes.
Otro aspecto interesante es el análisis de aspectos biológicos que inciden en la acumulación de grasa en nuestro organismo, incluida la programación genética que nos hace acumular energía como medida de supervivencia.
Pero, ¿qué sucede cuando esta programación sigue vigente en un mundo cambiante, y en el cual la oferta de comidas calóricas, azucaradas y grasosas se encuentra en cada esquina?
La segunda parte dirige sus baterías a las estrategias que se desarrollan en la actualidad para ayudar a las personas a llevar vidas más saludables.
Cuestiona las dietas “milagrosas” que prometen resultados inmediatos y pone en bajo lupa el enfoque de populares programas de televisión como
El filme promete mostrar pequeños pasos que se pueden tomar para mejorar la actividad física aún en horarios poco flexibles, para evitar comer de más y para establecer metas realistas que lleven a grandes cambios con el tiempo.
Quizás uno de los temas más controversiales es el relativo a la obesidad infantil, tema de la tercera entrega. El porcentaje de menores obesos –entre los 6 y los 11 años de edad– subió de un 7 por ciento en 1980 a un 20 en el 2008. Semejante aumento hace temer que la actual generación de infantes estadounidenses sea la primera en tener una expectativa de vida menor que la de sus padres.
Acá el documental no tiene reparos en señalar el ligamen entre el número de horas que los niños pasan en frente de la televisión, atrapados con juegos electrónicos u otras formas modernas de entretenimiento.
Pero un debate mayor se centra en la publicidad y mercadeo de “comida chatarra” dirigida a los niños.
“No es coincidencia que las comidas que son más publicitadas son las más procesadas y las más rentables”, afirmó John Hoffman, vicepresidente de Documentales HBO, en un artículo publicado en el
La cuarta parte y final del documental, tiene que ver con los retos que enfrenta la sociedad estadounidense a la hora de lidiar con este mal. El documental examina estrategias para mejorar la dieta en el largo plazo y ofrece ejemplos de ciudades como Nashville, Tennessee, en donde entienden que la lucha contra la obesidad va más allá de la responsabilidad individual.
En esa localidad han decidido liderar esfuerzos para trabajar en forma conjunta con el gobierno federal y de ese modo ayudar a los ciudadanos a vivir de manera más activa y saludable sus vidas.
El mensaje de documental es claro: “La batalla contra la obesidad se ganará –no por un programa gubernamental, una píldora o una dieta de moda– pero por los esfuerzos combinados y diversos de personas, organizaciones, negocios y gobiernos”.