Ando “sangrón” y pregunto: ¿cuál será el resultado de la investigación legislativa sobre las irregularidades en el financiamiento político durante la pasada campaña electoral? Desde hace meses los diputados examinan las tortas en el Libertario, en Liberación, en Restauración y más recientemente, en el PAC. Tortas, faltaba agregar, que han salido a la luz pública solo porque en 2009 una reforma al Código Electoral dio al Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) nuevas herramientas de fiscalización. Estos son los escenarios:
Opción uno: alarmados ante tantas irregularidades, los legisladores deciden mejorar la ley existente y tapan los puntos ciegos por donde se colaron donaciones encubiertas y otros enjuagues y mejoran la equidad en la repartición de los recursos públicos. Por ejemplo, eliminan los certificados de cesión y regulan el transporte durante el día de las elecciones, actualmente un negociazo.
Opción dos: luego de sesudas investigaciones no llegan a conclusión alguna. Los del PLN no encuentran nada contra los libertarios; estos nada tienen que decir sobre el PAC; los del PAC nada reprochable encuentran de Justo Orozco y Don Justo dice que su absolución estaba escrita. Una misma cobija para todos.
Opción dos bis: al revés, todos denuncian a todos (y denuncian persecución). ¿Resultado? El mismo, la cobija termina tapando a todos.
Opción tres: las y los diputados se ponen de acuerdo... y aprueban una reforma al Código Electoral para quitarle al TSE las herramientas hoy que dispone para fiscalizar el financiamiento político, reforma que además despenaliza las irregularidades. Así se aseguran tranquilidad absoluta y dejan a oscuras per secula seculorum la rendición de cuentas en esa materia.
¡Me como las uñas! ¿Cuál será el apasionante final de la pesquisa legislativa? Yo desearía que fuese la primera opción, una mejora regulatoria del financiamiento político público. Sin embargo, mis tripas dicen que las opciones dos y tres, no excluyentes entre sí, son las que están jugando por los corredores de cuesta de Moras. ¿Por qué? Cuando veo que tirios y troyanos, diputados de todas las bancadas, sientan al TSE en el banquillo de los acusados recriminándole esto y lo otro, de repente mis alertas se disparan. Es que quienes deberían estar explicando cosas, y muchas, son los partidos que, con verbo encendido, acusan al TSE. Aclaro: el Tribunal no está por encima del bien y el mal. Es bueno tener una sana crítica sobre sus actuaciones y si tiene fallos, hacérselo saber. Sin embargo, no me da buena espina el curso que está tomando la investigación legislativa sobre el financiamiento político. Señores diputados: ojalá no estén fraguando una jugarreta.