Costa Rica, al igual que muchos países latinoamericanos, apostó las últimas décadas por un modelo de desarrollo centrado en la modernización de sus sistemas productivo, económico y financiero con el fin de generar mayor crecimiento económico como medio para mejorar la distribución y disminuir la pobreza.
El resultado obtenido varía entre países y dentro de ellos, según el sector. Dicha tendencia estuvo acompañada por los procesos de democratización política, que tampoco se puede decir mejoraron ostensiblemente la calidad de la democracia.
Como parte de ese modelo de desarrollo, la creación y la atracción de empresas se ha visto siempre como una de las mejores alternativas para la creación de riqueza, trabajo y como consecuencia, de bienestar social y económico.
En particular, el desarrollo emprendedor ha sido uno de los bienes públicos que ha despertado el interés y la atención de distintos sectores y, de hecho, viene recibiendo mucha consideración actualmente en América Latina.
El Global Entrepreneurship Monitor , GEM, establece que “el emprendimiento es un proceso dinámico, que incluye no solo a las ideas que se transforman en negocios, o las nuevas empresas, sino también a las que hacen cosas nuevas, aun teniendo muchos años en el mercado”. Para que sea exitoso, el emprendedurismo tiene que estar íntimamente relacionado a las estructuras productivas de los países.
En el caso de Costa Rica, por lo menos desde hace veinticinco años el fomento a la creación de nuevas empresas ha ocupado un lugar en las agendas públicas, aún cuando los resultados no son tan robustos.
En los próximos años, el emprendedurismo merece el abordaje decidido tanto del sector público como del privado, porque sin duda, es un mecanismo óptimo para lograr nuevos negocios que satisfagan las necesidades de la población; promover el desarrollo de los mercados, incrementar la productividad, generar más empleos para la economía, mejorar la distribución del ingreso. Se trata de lo que se podría llamar una mayor democratización social.
Diagnóstico. En el mes de abril pasado, el Banco Centroamericano de Integración Económica, BCIE, y el Banco de Desarrollo de Alemania con el concurso de varias organizaciones centroamericanas como Parque Tec de Costa Rica publicaron el “Diagnóstico sobre la situación del emprendedurismo en Centroamérica”.
Este aporte tiene un enorme significado porque pone el tema en perspectiva y desmitifica los resultados magros y dispersos que por años se han logrado a partir de diversos programas que han apoyado a las mipymes y pymes que sobre todo han perpetuado los emprendimientos por necesidad en lugar de aquellos que se dan por oportunidad o visión, como es el caso, por ejemplo, de la empresa Ad Astra Rocket , donde la innovación y la tecnología juegan un papel clave.
El informe resultado de la investigación encargada por el BCIE, concluye que en el país no se cuenta con una propuesta concertada de lineamientos de política pública que incluya las tres etapas del proceso emprendedor identificadas por el diagnóstico, a saber, el fomento de la cultura emprendedora, la gestación, el desarrollo y la consolidación de nuevos emprendimientos.
En ese sentido, el informe concluye que el marco legal y regulatorio del país no facilita la creación y el desarrollo de nuevas empresas; que aunque en todas las universidades que abordan el tema del emprendedurismo se nota un creciente esfuerzo por institucionalizarlo, todavía falta mucho camino por recorrer para afirmar que el tema es considerado como de alta prioridad en el quehacer universitario.
En cuanto al financiamiento, el diagnóstico recomienda la facilitación de nuevos emprendimientos, por medio de fondos de capital semilla y de riesgo para los que la Banca de Desarrollo es una excelente opción para lograrlo.
Liderazgo sólido. Al MEIC por su parte, señala el informe, le corresponde asumir un liderazgo más sólido e impulsar una articulación adecuada entre todas las instituciones vinculadas al tema que son parte de la red de apoyo a las pymes.
Para ello se sugiere la creación de un programa nacional de emprendimiento que trabaje en las tres fases del proceso emprendedor así como un sistema nacional de incubación de empresas con presencia en todas las provincias o regiones del país.
La Asociación de Empresarios Juveniles (Junior Achievement Costa Rica) es una de las pocas organizaciones que trabajan en la formación y capacitación de jóvenes para fomentar el espíritu empresarial.
A lo largo de sus 22 años de existencia, JA ha beneficiado a más de cien mil niños, niñas y jóvenes de todo el país utilizando un material precioso para acompañar sus programas.
Costa Rica, siendo uno de los países más desiguales del mundo, debe recorrer en los próximos decenios el camino de la igualdad y la democratización social basado en una articulación más eficiente entre el Estado y la Sociedad.
El emprendedurismo es una oportunidad excepcional para encadenar a los diversos agentes del sistema productivo de modo que los beneficios lleguen a toda la economía y lo más importante incentiven nuevas generaciones de empresarios enfocados en la alta productividad y en la generación de valor agregado.