Washington (AFP). La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) aprobó el martes por estrecho margen nuevas normas encaminadas a impedir que los proveedores de servicio puedan convertirse en guardianes del tráfico de Internet.
La votación por 3-2 significó una victoria para el presidente de la FCC Julius Genachowski, quien bregó por un acuerdo durante más de un año.
Los tres demócratas de la FCC votaron a favor de las normas y los dos republicanos en contra, por considerar que es una regulación innecesaria. Las nuevas normas será sometidas a un intenso escrutinio en el Capitolio el próximo año cuando la oposición republicana pase a ser mayoría en la Cámara de Representantes. Mientras tanto, los grupos de presión lamentaron lo que consideran su debilidad, especialmente en lo que se refiere a los sistemas inalámbricos.
Conocidas como neutralidad en la Internet, las nuevas normas prohiben a las empresas telefónicas y de cable favorecer o discriminar el contenido o servicios de la Internet, como los ofrecidos por sus rivales.
Genachowski dijo que las normas prohibirán a los proveedores de banda ancha abusar de su control sobre los accesos usados por los consumidores para acceder a la Internet. Agregó que esas empresas no podrán determinar a dónde pueden ir sus clientes y lo que puedan hacer una vez conectados la red.
“Hoy, por primera vez, adoptamos normas para preservar los valores básicos de la Internet”, dijo Genachowski. “Por primera vez, todos tenemos normas de conducta imponibles para preservar la libertad y apertura de la Internet”.
Empero, las normas finales decepcionaron a los grupos activistas de presión. Incluso los dos colegas demócratas de Genachowski no se contentaron, aunque votaron a favor de su adopción alegando que unas cuantas normas son mejor que nada.
Pese a ello, advirtieron que las nuevas normas quizá sean insuficientes para impedir que las empresas de banda ancha seleccionen ganadores y perdedores en la Internet, especialmente en sistemas inalámbricos, que tendrán una protección más limitada. Además, temen que las normas son insuficientes para asegurar que los proveedores de banda ancha no favorezcan su propio tráfico o el de sus socios comerciales que pueden costear esa prioridad, lo que crearía una Internet de dos prioridades.