Mi querida Rubí, qué consulta ingrata la que me hace. Eso es como preguntar ¿cuándo volverá Cristo?, nadie puede darnos una fecha exacta. La buena noticia es que en el caso del Blu-ray podemos al menos especular con una fecha ... ¿cierto?
A pesar de que me puso en la picota, la carta de Rubí fue mi favorita del mes pues irradiaba optimismo y buen humor. Nuestra querida lectora me contó cómo ha devorado ya 100 películas en alta definición tras solo 5 meses de haber comprado su flamante reproductor de Blu-ray. También me comentó cómo había apreciado el primero de mis mandamientos: cuando se trata de tecnología lo mejor que podemos hacer es aprovechar aquello que tenemos a mano sin desvelarnos por lo que vendrá después. Sin embargo, muy a pesar de seguir mis nobles enseñanzas Rubí no pudo evitar preguntarse cuánto tiempo de vida útil le queda a ese aparato que tan contenta la tiene a ella y al chino de la esquina que le vende las palomitas de microondas.
La verdad es que la inquietud de nuestra amiga es comprensible pues corren tiempos agitados; olvídense de esa transición lenta y armoniosa que vivimos cuando pasamos del VHS al DVD, eso quedó en la prehistoria. Hoy día, la forma en que consumimos nuestras películas y series de televisión favoritas cambia rápidamente de un año al otro. Un buen ejemplo es el dato que Techcrunch.com compartió a mediados de mayo: cerca del 30% del ancho de banda (de bajada) en Norteamérica está siendo consumido diariamente por Netflix. Esto representa una cifra notable tomando en cuenta que está superando el tráfico de YouTube, BitTorrent y iTunes... ¡juntos!
¿Qué implica esto?
Antes que nada es menester recordar que Netflix es una compañía que ofrece el servicio de “alquiler en línea” al usuario, de modo tal que al instante puede ver una película (o serie de TV) en HD en su computadora o televisor. Ahora bien, tome en cuenta que en el 2010 la empresa llegó a 20 millones de clientes tras sumar 8 millones nuevos ¡en menos de 365 días! En otras palabras: en Estados Unidos la locura por el consumo de televisión y cine a la carta ya es oficial. Año con año más usuarios abandonan la idea de ir al videoclub y empiezan a dejar atrás los formatos físicos para enamorarse cada vez más de los digitales.
Los heridos en batalla van más allá del Blu-ray. Netflix también representa una amenaza para las compañías de cable (usted decide qué ve y cuándo lo ve) que ya empiezan a sudar la gota gorda. Finalmente, y aunque parezca increíble la piratería también se está viendo afectada por el servicio: resulta mucho más conveniente ver una película al instante en calidad óptima que esperar por un archivo cuya resolución y contenido nunca son de fiar. Este es uno de los mayores logros de Netflix, crear una empresa tremendamente rentable a partir de conceptos tan elementales como comodidad, servicio al cliente y precios accesibles.Pero entonces... ¿cuál es el pronóstico de vida que le doy al Blu-ray? Como le dije Rubí, es un tema complicado.
El formato todavía está en su infancia y ya la está viendo oscura: no se logró asentar con propiedad antes de que surgieran amenazas al trono (a diferencia del DVD, que, por cierto, todavía es muchísimo más popular que el Blu-ray). Pero descuide, no toda esperanza está perdida, muchos consumidores no soportan la idea de no tener algo “físico” (yo soy uno de ellos) así que de una u otra manera al BD todavía le queda una larga vida útil. Eso sí, apostaría mi iPad 2 a que nunca alcanzará el primer lugar en la preferencia de los usuarios; el salto será directo de DVD a Digital.