El financiamiento de la última fase de campaña comenzó a tener nombres y apellidos, una vez que los bancos prácticamente cerraron las ventanillas para los partidos políticos.
Hasta noviembre del 2009, las entidades bancarias eran la fuente primaria de recursos; en cambio, ahora crecen las listas de donantes y receptores de bonos de deuda política sea por compra o a cambio de bienes o servicios.
La transformación más visible está en las finanzas del Partido Liberación Nacional (PLN), la única agrupación que aparentemente enfrentará con holgura los gastos hasta el 7 de febrero.
Por su parte, dirigentes del Movimiento Libertario (ML), Unidad Social Cristiana (PUSC) y, principalmente, el Partido Acción Ciudadana (PAC) aseguran que pasan congojas para encontrar recursos.
Según el informe entregado por los verdiblancos a solicitud de La Nación, hasta noviembre suplieron sus necesidades con préstamos bancarios por ¢2.840 millones, mientras que solo ingresaron ¢27 millones en donaciones y vendieron bonos por ¢5 millones.
En cambio, en diciembre, lograron un préstamo por ¢400 millones del Banco Cathay, contribuciones por ¢137 millones y vendieron bonos por ¢94 millones.
Los mayores aportes los hicieron los empresarios Alberto Esquivel Volio y Juanita Sánchez León; ambos por ¢14 millones.
En cuanto a colocación de bonos, el PLN dijo que casi todos los adquirieron sociedades anónimas. Se trata de títulos serie B, segundos en prioridad de pago.
Estas inversiones con bonos son la única forma en la que las empresas pueden participar en las campañas políticas, incluso aquellas de capital extranjero, pues el Código Electoral prohíbe tanto a las sociedades anónimas como a los foráneos hacer donaciones a los partidos políticos.
Entre las ventas más importantes que logró Liberación están las realizadas a Centro Comercial Mutiplaza S.A. y Centro Comercial Curridabat S.A. por ¢28 millones y ¢14 millones, respectivamente. Las dos sociedades anónimas están presididas por el empresario salvadoreño José Ricardo Poma.
Sobresale también una transacción en bonos por ¢17 millones con la firma salvadoreña Calvo Distribuidora Alimentaria, presidida por el español Miguel Ángel Peñalva.
Liberación Nacional también colocó bonos con Tubotico S.A. y Metalco S.A. por ¢4 millones cada una. Estas firmas las encabeza el empresario colombiano Mario Escobar Aristizábal.
El tesorero de campaña, Jorge Wálter Bolaños, aseguró que la tendencia se mantiene para enero, aunque no manejaba datos.
Entre octubre y noviembre, el PUSC colocó ¢481 millones en títulos serie A, que tienen prioridad de pago. En el último mes sus negociaciones fueron por ¢1.022 millones.
De la larga lista de receptores de estos bonos el que tiene mayor peso es la empresa Representaciones Televisivas (Repretel), que recibió ¢300 millones en bonos sin ningún descuento. Esto quiere decir, que no habrá ninguna ganancia al momento en que hagan efectivos los bonos, unos meses después de las elecciones de febrero.
El empleo de bonos de contribución estatal se convirtió en la principal herramienta de las finanzas socialcristianas, pues un conflicto que viene de la campaña pasada dejó al PUSC imposibilitado de acceder a créditos en los bancos.
Como explicó el candidato Luis Fishman, recientemente lograron un préstamo por ¢100 millones de la empresa familiar Creaciones Israel, que a su vez se los pidió al Banco Lafise. Este dinero se deposita en partes en la cuenta del PUSC en el Banco Popular para llenar las necesidades en efectivo.
Johnny Leiva, tesorero de la causa socialcristiana, adelantó que están en busca de algún otro crédito con o ese mismo sistema.
El PUSC, aparentemente, renunció por completo a la posibilidad de alimentar sus arcas con contribuciones pues ante el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) el total de donaciones reportada no llegó a ¢1 millón, mientras que para diciembre solo registraron ¢5.000.
Esta semana, el PAC informó de los apuros que enfrenta ante la negativa del Banco de Costa Rica (BCR) de prestarle más de los ¢545 millones que ya le desembolsó.
El Banco, por su parte, dijo que tampoco les devolverá ¢300 millones en bonos porque son garantía por el crédito anterior, dado que las encuestas han mostrado una merma en la intención de voto.
No fue posible ahondar sobre la situación del Movimiento Libertario pues el encargado de las finanzas, Cristhian Arguedas, se limitó a decir que persisten en la búsqueda de créditos. Hace dos semanas sacaron a la venta bonos de baja denominación, pero se desconocen los resultados de la estrategia.