El acceso a un crédito en una entidad bancaria suele ser más difícil para las mujeres que desean comenzar un negocio, dada la debilidad de su historial crediticio o las limitadas garantías con las que cuentan.
Aun en estas circunstancias, hay cientos de mujeres que han logrado acceder a un préstamo bancario para echar a andar su pequeña empresa. Otras, en cambio, recurren a asociaciones como Acorde.
Con esta realidad coinciden Danilo Montero, director general de Acorde, y Marilyn Batista, presidenta del Programa para el Desarrollo de la Mujer Empresaria, de la Cámara de Comercio.
Batista añadió otro problema: una cantidad considerable de estas mujeres labora en la informalidad; es decir, no cotiza a la Caja; no tiene seguros y no paga impuestos, lo cual dificulta todavía más su acceso al crédito.
“Las mujeres deben hacer todo en la formalidad para mejorar sus condiciones no solo crediticias: la que cose, la que hace queques, la que trabaja en servicios, todas aquellas con una actividad productiva”, comentó.
Kattia Morales, gerente de Relaciones Corporativas del Banco de Costa Rica, aseguró, por el contrario, que las mujeres se “autolimitan” al pensar que no pueden acceder a créditos. “Podría ser un tema cultural. Una cree que no tiene la capacidad porque piensa que su flujo de caja no es mucho”, dijo.
María Aminta Quirce, directora de BN Banca Mujer, fue más allá y subrayó la importancia de que las mujeres cuenten con un plan de negocios sólido y atractivo que lo haga “bancarizable”.
Datos aportados por esta entidad dan cuenta de un aumento en la cantidad de créditos otorgados a proyectos empresariales liderados por mujeres en los últimos dos años, cuando en el 2010 nació el programa BN Banca Mujer.
Mientras en aquel año se otorgaron ¢84.280 millones, en el 2011 la cifra aumentó a ¢105.695 millones.