Los ministros de los principales grupos y países se encerraron en una reunión para intentar resolver los escollos en los textos que deben ser votados en plenaria, después de 24 horas de incesantes negociaciones inclusive en la madrugada.
El objetivo es llegar a un acuerdo para definir un marco legal que obligue a los países en la lucha contra el cambio climático.
“Finalmente, estamos llegando a las cuestiones claves y haciendo progresos. La presión del tiempo puede sentirse casi físicamente en la habitación. Es de romper los nervios”, expresó la comisaria europea del Clima, Connie Hedegaar.
“Estamos trabajando duro, creo que estamos haciendo progresos”, declaró el jefe negociador de Estados Unidos, Todd Stern, pero advirtió a la prensa: “Todavía no hemos terminado”.
Sobre la mesa están tres grandes temas: un régimen legal que comprometa a todos los países en la lucha contra el cambio climático; la renovación del Protocolo de Kioto, que obliga a las naciones ricas a recortar sus emisiones, y el lanzamiento del Fondo Verde para ayudar a los países subdesarrollados.
Europa ofreció renovar el protocolo de Kioto, el histórico documento que las conferencias de los años anteriores no lograron renovar, y cuya validez se extiende hasta el 2012. Vencido este protocolo, el mundo se quedaría sin un acuerdo legal que obligue a los países a recortar sus emisiones.
Los europeos pretenden que los países con mayor cantidad de emisiones, como China, India, Brasil y Estados Unidos, acepten un instrumento legal que los obligue a recortar emisiones.
El jefe de la delegación de Brasil, Luiz Alberto Figueiredo, dijo que las partes estaban llegando a consensos sobre la creación de ese instrumento legal para todos los países, cuya negociación tendrá que cerrarse en el 2015 y ser aplicable en el 2020. Sudáfrica, Brasil y unos 90 países entre los más vulnerables al cambio climático endosan el plan europeo, según Hedegaard.
“Los que se interponen en el camino de un acuerdo son pocos países, los principales emisores: Estados Unidos, China, India”, declaró el ministro de Medio Ambiente alemán, Norbert Röttgen.