En la última noche del Tercer Festival de Solos Hecho a Mano vimos tres coreografías, las primeras de las costarricenses Adriana Cuellar y Carolina Hovenga y, de último, intervino el español Pepe Hevia. Al finalizar la función, se entregaron reconocimientos a los participantes y a Sandra Trejos como dedicada. De parte del público, las tres coreografías recibieron una buena ovación.
La intérprete y creadora Adriana Cuellar abrió la cuarta jornada del festival con su participación denominada Sola . Para esta creación de corte existencialista, Melissa Hernández y Cuellar idearon el vestuario y José Álvarez aportó en la edición musical.
En Sola , Adriana Cuellar propone varios motivos compositivos los cuales no logra desarrollar a cabalidad, ya que pasa de un estado a otro sin profundizar.
La coreógrafa Carolina Hovenga escenificó La Tzeguata'La sucia . Este trabajo es una versión libre de la tradicional leyenda sobre la mujer que se transforma en bestia, el cual fue ejecutado por Metzi Hovenga. Además, contó con una banda sonora con varias piezas, vestuario de Izoe y utilería de la propia autora. Metzi Hovenga en La Tzeguata' d ominó el escenario con su presencia y buena ejecución de los movimientos. Esta fue la interpretación de la noche que más disfruté, por su intensidad.
Alas en los pies , creación de Pepe Hevia (único coreógrafo y bailarín extranjero: España/Cuba), fue la coreografía que marcó el cierre de la presente edición, la cual estuvo enmarcada por sonidos de Arbo Part, Bach, Sakamoto y Max Richter; además, tenía un interesante vestuario diseñado por el autor y un video realizado por Silvano Preziosi.
Con este trabajo, el coreo-intérprete pretende hacer un llamado de atención al ritmo de vida occidental donde se deben sacrificar cosas esenciales y básicas. Al exponer el tema, Hevia privilegia el discurso corpóreo donde predominan las resoluciones periféricas y brillantes. Como bailarín, Hevia demostró una cualidad de movimiento fluida y fue muy limpio en la ejecución.
Sin embargo, en muchos momentos de la obra, el video compitió con la propuesta corporal que estaba desarrollando Hevia, hasta llegar a ser protagónico. Sobre todo porque las imágenes del audiovisual y las producidas por el bailarín poseían similares fuerzas de significado.
En otro orden de cosas, cabe reconocer el trabajo de iluminación de Nereo Salazar, en el transcurso del festival, quien con los pocos recursos técnicos sacó adelante las propuestas, dándoles a cada una un sello particular.
Por la acogida del público, la calidad de las coreografías presentadas y la participación de los artistas extranjeros, se puede afirmar que el Festival de Solos Hecho a Mano, es un espacio que está aportando al desarrollo de la danza costarricense, tanto por las funciones, las actividades colaterales, así como los talleres, la muestra de obras en proceso y las clases maestras.
Aún así, quedan cosas que mejorar en la logística (abrir la boletería a tiempo) y también es de esperar que la sala pueda contar con mejores condiciones técnicas, especialmente para resolver los complejos diseños de iluminación que requieren las obras.