En apenas 51.100 kilómetros cuadrados de territorio, Costa Rica posee 941 humedales formados por 140.000 hectáreas de agua dulce y 40.000 más de manglares.
Actualmente, sin embargo, la mayoría de estos humedales están amenazados por el cambio del uso de los suelos y la contaminación, tanto que algunos podrían llegar a secarse y desaparecer en pocos años, afectando especies de aves y reptiles.
Así lo confirmaron a
Un humedal es una zona de tierras, generalmente planas, cuya superficie se inunda permanente o intermitentemente.
Al cubrirse regularmente de agua, el suelo se satura, quedando desprovisto de oxígeno y dando lugar a un ecosistema híbrido entre los acuáticos y los terrestres.
Los humedales se consideran los ecosistemas más productivos de la Tierra, pues contribuyen a atenuar los efectos de las inundaciones y dan estabilidad a las zonas costeras.
Entre los principales humedales costarricenses contemplados por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en su inventario de 1998 destacan 11, los cuales son reconocidos por la Convención Internacional Ramsar como de importancia mundial.
Entre ellos están los ubicados en el Parque Nacional Palo Verde, Caño Negro, Tamarindo, Humedal Nacional Térraba Sierpe, Refugio de Vida Silvestre Gandoca-Manzanillo y el Humedal Caribe Noreste (donde está la isla Calero).
Además, están el del Parque Nacional Isla del Coco, Manglar de Potrero Grande, Laguna Respingue, Cuenca Embalse Arenal y el humedal Turberas de Talamanca, incorporado recientemente a la lista.
En 1975 allí había 33.000 hectáreas de humedales, pero en el último censo realizado en el 2005 se registraron apenas 7.000 hectáreas, es decir, 26.000 menos.
Esa zona perdida de humedales fue tomada por cañales, pastizales y sembradíos de arroz.
“Drenar los humedales para secarlos es una práctica muy común en el país, y es lo que ha hecho que en los últimos 50 años se reduzcan notablemente”, dijo Jiménez.
Otra problemática considerable es el cambio climático.
Según Bravo, las temperaturas extremas castigan severamente este ecosistema.
En relación con estas adversidades, los expertos están evaluando la posibilidad de hacer un nuevo inventario con imágenes satelitales georrefenciadas.
“Es importante tener claro cuántos (humedales) tenemos actualmente y la posición exacta para protegerlos”, afirmó Jiménez.
El 2 de febrero de 1971 se llevó a cabo la Primera Convención Mundial sobre Humedales, y en ella se decidió celebrar todos los años, en dicha fecha, el Día Mundial de los Humedales.
La importancia de dicha convención es que proporciona el marco para la acción nacional y la cooperación internacional, en aras de la conservación y el uso racional de los humedales.
Hoy se celebran, precisamente, 40 años de esa cita.