Cuando el arquitecto José Antonio Tony Quesada se imaginó el diseño de La Sabana, la visualizó con dos enormes árboles de Guanacaste dándole la bienvenida a los transeúntes en la esquina noreste del parque.
En aquel entonces, en 1976, fue difícil encontrar un par de árboles de Guanacaste (
Eso cambiará a partir de esta semana dado que iniciarán las labores de corta en La Sabana, las cuales culminarán con la siembra de árboles de Guanacaste y otras especies que harán de la esquina noreste (frente a agencia Nissan) un museo vivo de maderas preciosas que están en peligro de extinción.
Así, se sustituirán los eucaliptos por buríos (
También se sembrarán especies propias del Valle Central como cabello de ángel (
Según Randall García, director de conservación del Instituto Nacional de Biodiversidad (Inbio), se sustituirán 965 de 1.740 árboles, ya que unos 32 presentan daños o están enfermos y unos 933 son exóticos o no propios de Costa Rica.
“Vamos a empezar desde el centro hacia afuera. Cortamos y sembramos de una vez. Ya el año entrante sustituiríamos los que están a la orilla de la calle”, dijo García.
De esta manera, los meses de enero y febrero estarán dedicados a la corta. En marzo, se prevé una pausa en las labores debido a que el Festival Internacional de las Artes tendrá por sede La Sabana. En abril, se reanudarían las labores.
Mayo será el mes que se dedicará al proceso de siembra, el cual contará con 10 jornadas de voluntariado. En total se plantarán más de 100 especies de árboles, cuyos ejemplares se encuentran en los viveros ubicados de La Reforma y de la Universidad para la Paz.
Esa es la razón por la que este parque es pobre en términos de biodiversidad, ya que los animales no saben cómo utilizar estas plantas dado que son ajenas a su hábitat.
Con el objetivo de atraer más aves e insectos a la ciudad, se ideó este proyecto de sustitución de especies en el 2008, pero empezó a ejecutarse en el 2011.
En esa primera etapa, realizada entre abril y diciembre del 2011, se cortaron 300 árboles y se sembraron 400 en el sector frente al ICE. Allí se colocaron 60 especies florales, ya que el propósito de este sector es ornamental.
Se plantaron árboles de las especies cortez amarillo (
También se plantó surá (
En cuanto a los daños, García asegura que fueron mínimos. “La verdad es que estamos muy agradecidos con la gente porque se hicieron muy pocos daños. Los únicos problemas se dieron en los conciertos cuando la gente acampaba y los daños fueron a los armazones de madera que rodean a los árboles”, dijo García.
Al final del proyecto, previsto para dentro de cuatro años, se pretende que haya 200 especies de árboles nativos que atraigan la visitación de 130 tipos de aves e insectos.
“De haberlo pagado todo, eso nos hubiera costado”, dijo García. Sin embargo, la mayoría del financiamiento se logró a través del trabajo de las organizaciones e instituciones involucradas, como el Inbio, el Instituto Costarricense del Deporte, Fuerza y Luz, el Ministerio de Justicia, la Municipalidad de San José y el Sistema Nacional de Áreas de Conservación.
Lo que no se pudo cubrir de esta forma fue asumido por el Scotiabank, el cual está aportando $1,4 millones.