Varsovia. EFE. Nicolás Copérnico, el científico polaco impulsor de la teoría heliocéntrica, fue enterrado ayer de nuevo en la catedral de Frombork (Polonia), donde se encontraba su tumba hasta que, hace cuatro años, sus restos fueron exhumados para someterlos a un análisis de ADN y confirmar su identidad.
Copérnico (1473-1543) descansa bajo el altar mayor del templo, en un sepulcro de granito negro de más de dos toneladas de peso, presidido por una lápida de tres metros de altura que recordará a una de las figuras fundamentales de la astronomía moderna.
El entierro fue oficiado por el nuncio del Papa en Polonia, Jozef Kowalczyk, y el arzobispo de Lublin, Jozef Zycinski, en una ceremonia en la que la Iglesia Católica despidió con solemnidad a un hombre de ciencia que en su tiempo fue considerado un hereje por sus ideas revolucionarias.
Copérnico dotó de base científica una antigua teoría heliocéntrica griega, según la cual es la Tierra la que gira alrededor del Sol y no al revés, como se creía entonces.