EscucharWashington (AFP). Dos legisladores estadounidenses desean saber si la popular cantante pop Beyoncé y su marido, el rapero Jay-Z, tenían autorización del gobierno para viajar a Cuba pese al embargo económico que pesa sobre la isla.
Los representantes Ileana Ros-Lehtinen y Mario Diaz-Balart, de Florida (sureste), remitieron el viernes una carta a Adam Szubin, director de la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro, para solicitar información sobre el tipo de permiso que recibió la célebre pareja antes de viajar a Cuba.
“Como usted sabe, la ley estadounidense prohíbe expresamente los permisos de transacciones financieras para 'actividades turísticas' en Cuba”, dicen los legisladores en la misiva.
Añaden que estas restricciones están en vigor porque el gobierno cubano fue catalogado por el Departamento de Estado como uno de los cuatro países que patrocinan el terrorismo y ostenta “uno de los registros más atroces” en materia de derechos humanos.
“La industria turística cubana es totalmente controlada por el Estado, por tanto los dólares estadounidenses que se gastan en el turismo cubano financian directamente la maquinaria de opresión que brutalmente reprime al pueblo cubano”, escribieron Ros-Lehtinen y Diaz-Balart.
Beyoncé y Jay-Z generaron revuelo el jueves al pasear por las calles de La Habana Vieja, donde cientos de cubanos se congregaron espontáneamente a saludarlos.
La pareja, que festejaba en la isla su quinto aniversario de bodas, visitó lugares emblemáticos del Centro Histórico de La Habana, declarado por la Unesco Patrimonio de la Humanidad en 1982, donde se tomaron fotos y conversaron con niños, jóvenes y adultos.
Jay-Z y Beyoncé - que cantó el himno en la toma de posesión del presidente Barack Obama en enero y actuó en el Super Bowl en febrero- visitaron la catedral y luego almorzaron en un restaurante cercano.
En la noche del miércoles habían cenado en La Guarida, uno de los restaurantes más exclusivos de La Habana.
Los estadounidenses tienen prohibido visitar Cuba y gastar dinero en la isla a menos que cuenten con un permiso especial de su gobierno.
