Corresponsales
En Muelle de San Carlos, Alajuela, el censo se inició bajo una débil llovizna, pequeña incomodidad que pareció motivar a los encuestados para reclamar por mejores servicios.
Fue el caso de José Morales, quien recibió en su casa a Lorena Ávila, encargada de hacer la consulta nacional en la vivienda de este transportista.
“Dios quiera que el censo sirva para mejorar la atención en los Ebais”, expresó Morales, antes de comenzar a responder.
Según él, en el Ebais de ese poblado del distrito de Florencia, San Carlos, tiene que hacer fila desde las 4 a. m. para conseguir una cita porque el médico solo atiende a 16 personas y ya a las 6 a. m. no hay cupos disponibles.
Otro vecino, en cambio, espera que el censo contribuya que el Gobierno dé respuestas a los problemas de los agricultores.
Para Ávila, esas peticiones, en alguna medida, son producto de la escasa información que maneja la gente sobre el censo.
Esta fue una de sus impresiones, alrededor de las 11 a. m., cuando llevaba cinco formularios llenos. Para entonces, ya el bochorno tras la lluvia comenzaba a hacerse insoportable.
“Los cinco me han tratado muy bien. Han sido muy amables, amplios, muy dispuestos a responder todas las preguntas. No tengo quejas”, agregó Ávila, maestra en la Escuela Carlos Maroto, en Florencia.
Ella comenzó a censar ayer en el sector conocido como La Zanjita, camino al distrito de Nacascolo, Liberia, Guanacaste.
Fue ahí donde se vino a encontrar una casa que la dejó sorprendida, sobre todo en estos días donde las familias son pequeñas.
Halló una vivienda con 17 residentes, aunque le contaron que hace no mucho vivían 30 personas.
“Usé tres fórmulas para completar la casa”, puntualizó.
Rodríguez es una ama de casa, quien cada cuatro años colabora con el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y ahora atendió el llamado para el censo.
“ Es una forma de colaborar con mi país”, dijo sin queja por los 35 grados Celsius que imperaron ayer en la Región Chorotega.
“La gente ha sido atenta con nosotros, hasta un sándwich con fresco nos dieron en una casa”, comentó Vilma López.
Igualmente ocurrió en las cercanías de la Escuela Winston Churchill, muy cerca del centro de la ciudad de Cartago. Allí la gente respondió sin problemas a todas y cada una de las 60 preguntas del cuestionario.
Así lo manifestaron con satisfacción Silvia Rivera, Mileidy Mata y Bryan Loría tras completar la mitad de la jornada, en el primer día de recolección de datos.
Eimy Calderón, en cambio, se topó con alguna resistencia entre los vecinos de los alrededores de la basílica de Los Ángeles, pues hubo varios casos donde la gente se escondía para no recibirlos.