El negocio del primer trimestre se vio lastrado sobre todo por los costes derivados de la compra de la firma de software ACS y de la reestructuración del consorcio, explicó Burns en la localidad situada en el estado de Connecticut.
Sin embargo, el negocio se vio impulsado por los pedidos procedentes de países en desarrollo y de empresas pequeñas y medianas en los países industrializados, mientras cayeron los de las grandes empresas.
En el marco de la crisis financiera, Xerox se vio obligada a suprimir miles de puestos de trabajo. En el segundo trimestre en curso y en el conjunto del año fiscal, su objetivo es volver a la zona de beneficios.
Las ventas de la firma aumentaron en el primer trimestre un 33 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, a 4.700 millones de dólares. Si se incluyen las cifras del año anterior de ACS, el plus seguiría siendo del 5 por ciento.
Xerox se convirtió tras la compra de ACS en la segunda proveedora mundial de administración de documentos, servicios que siguió ofreciendo incluso durante la crisis.