Roma. EFE. El desprendimiento de pequeños fragmentos del Coliseo de Roma ha desatado la preocupación de los expertos por el delicado estado de salud del monumento más simbólico y visitado de la capital italiana.
“Es indispensable y urgente intervenir para impedir que el Coliseo se convierta en una gran escombrera”, dijo Giovanni Puglisi, presidente de la Comisión Italiana de la Unesco.
A la caída de dos fragmentos de la estructura, se sumó otro desprendimiento de un fragmento de uno de los arcos.
Sin embargo, fuentes del servicio de conservación del Coliseo desmintieron que se hubieran producido nuevos derrumbes. Según ellos, se trataba de “migajas” de uno de los desprendimientos que tuvo lugar el mediodía del pasado 25 de diciembre, cuando una paloma se posó en una toba que cayó desde diez metros.
El cuerpo de bomberos se desplazó a la zona afectada, que procedió a acordonar, ya que a esa hora las inmediaciones del Coliseo están plagadas de turistas.
El Coliseo es el monumento romano más visitado de la capital italiana, por la que pasan cada año varios millones de turistas.
Su situación es delicada desde hace tiempo, con más de 3.000 lesiones catalogadas por los expertos.