De manos de ciudadanos, la Asamblea Legislativa ha recibido nueve proyectos de ley que coinciden en un objetivo: legalizar la marihuana en Costa Rica.
Las propuestas entraron en los últimos tres años a la Oficina de Iniciativa Popular del Congreso, la cual recibe planteamientos de la ciudadanía, con el objetivo de que algún diputado los ponga en la corriente legislativa. Hasta ahora, ningún legislador ha acogido alguno de estos textos.
Los proyectos proponen desde permitir la producción de marihuana solo para uso medicinal hasta propiciar una apertura total. Un proyecto, por ejemplo, solo pide legalizar el cultivo casero.
Siete de las iniciativas justifican la legalización de la planta con el argumento de que esta ayuda a atender enfermedades.
Otros textos agregan alegatos económicos y sociales como pago de impuestos, generación de recursos para atender adictos y el combate al negocio ilegal de las drogas.
José Elías Alvarado, de 18 años y vecino de San Ramón, comentó que la legalización le ahorraría al Gobierno mucho dinero que hoy invierte en “luchas que al fin y al cabo no terminan”.
Luis Carlos Mora, de 19 años y vecino de Santa Bárbara, consideró ilógico que el cannabis (marihuana) sea prohibido, mientras el cigarro y el alcohol son legales pese a sus efectos negativos.
Fabio Molina, Jeannette Ruiz y Mireya Zamora, diputados de Liberación Nacional (PLN), Acción Ciudadana (PAC) y Movimiento Libertario, los partidos de mayor tamaño en el Congreso, afirmaron que sus fracciones no han evaluado este tema.
En términos personales, Ruiz se opone a legalizar la marihuana por considerarlo un peligroso portillo y Zamora pide evaluar las experiencias de otros países.
En tanto, Molina no fue tan reticente. “Si tiene propiedades analgésicas, ¿por qué no plantearse el problema con realismo”, declaró.
En Costa Rica, el consumo de marihuana no es ilegal, pero sí lo son la producción y el comercio.
Esta es la droga de venta ilegal de mayor consumo en el país, según la más reciente Encuesta Nacional de Consumo de Drogas del Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA).
De acuerdo con la encuesta hecha en el 2010, un 7% de la población ha probado el estupefaciente alguna vez en su vida y un 2% la consume de manera activa, sobre todo entre los hombres de 20 a 35 años.
Existe una tendencia al alza y la gente se atreve a probar cada vez más joven. La edad de la primera experiencia pasó de 19,1 años a 16,7 años de 1990 al 2010.
El IAFA atribuye la tendencia a una mayor abundancia de la droga, a discursos que hablan de beneficios y “al auge de movimientos culturales juveniles donde el cannabis forma parte del estilo de vida”.
Además, dijo Orozco, según la vulnerabilidad genética del individuo, se puede provocar psicosis (enfermedad mental caracterizada por delirios o alucinaciones).
Mauricio Boraschi, viceministro de la Presidencia y comisionado antidrogas, señaló que, en todo caso, una ley no podría levantar la prohibición porque esta se impuso con la ratificación de una Convención de Naciones Unidas, que tiene un rango superior.
También, advirtió de marihuana manipulada genéticamente para generar mayor adicción y el consumo de drogas más fuertes.
Este año, los líderes políticos de Centroamérica pusieron sobre el tapete internacional la discusión sobre la legalización de drogas como medida para disminuir la violencia. No obstante, el debate se enfrió posteriormente.