Estas informaciones emanadas del espectrómetro de la NASA Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) muestran huellas de carbonato y minerales de arcilla, generalmente formados en presencia de agua, en la parte inferior del cráter McLaughlin, ubicado a 2,2 kilómetros de profundidad.
“Estas nuevas observaciones sugieren la formación de carbonatos y arcilla en un lago alimentado por aguas subterráneas en la cuenca cerrada del cráter”, señaló la NASA a propósito de los hallazgos, publicados en la edición online de la revista Nature Geoscience .
“Algunos investigadores proponen que el interior del cráter capturaba el agua”, señaló la agencia espacial estadounidense, y agregó que “en la zona subterránea podría haber habido ambientes húmedos y potenciales hábitats”.
“El cráter carece de canales de gran afluencia, por lo que el lago era probablemente alimentado por aguas subterráneas”, dijeron los científicos.
Según, Rich Zurek, del Jet Propulsion Laboratory (JPL) en Pasadena, California, este nuevo informe y otros que se han entregado sobre Marte, siguen revelando al Planeta Rojo como más complejo de lo que se creía, o por lo menos con algunas zonas más propensas a mostrar signos de vida en el pasado.
La NASA aseguró que los datos arrojados por el MRO están disponibles para que los investigadores de todo el mundo puedan estudiar, analizar y sacar sus propias conclusiones al respecto.