Mezclando tejidos orgánicos y electrónica, científicos de la Universidad de Princeton lograron desarrollar una oreja biónica, que capta radiofrecuencias más allá de la capacidad normal del ser humano.
Ellos consiguieron combinar una pequeña antena espiral con cartílago, utilizando una técnica de impresión en tercera dimensión. Con ella, células y nanopartículas formaron un tejido inicial, que luego fue cultivado para crear el órgano auditivo.
La oreja biónica, como la han llamado, contiene dos cables que salen de la base de la oreja, y se enrollan en una especie de cóclea, la parte del oído que capta el sonido. Estos cables pueden luego conectarse a electrodos, que permitan interpretar las frecuencias de radio.
El investigador principal del descubrimiento, Michael McAlpine, cree posible que en un futuro el oído biónico pueda ser conectado a las terminales nerviosas de pacientes con problemas auditivos.
Aunque el oído biónico solo capta ondas de radio, su equipo planea incorporarle sensores electrónicos que le permitan “escuchar” sonidos acústicos y que sea utilizado como una opción avanzada para personas con problemas auditivos.
“Típicamente hay retos mecánicos y térmicos que se presentan al tratar de unir materiales biológicos con eléctricos. Nuestro método sugiere una nueva estrategia: desarrollar la parte biológica alrededor de la parte electrónica, de una manera sinérgica”, detalló McAlpine.
La reconstrucción de la oreja normalmente presenta problemas debido a la complejidad de su forma. Por ello, en lugar de cultivar las células del cartílago sobre una plataforma de gel, se decidió utilizar la impresión en 3D, que forma capas delgadas de tejido una sobre la otra.
Para el sistema electrónico de la oreja biónica, se utilizaron nanopartículas de plata para crear la antena, que a su vez se “tejieron” con las células que formaron el cartílago.
El diseño e implementación de órganos biónicos que potencien las capacidades humanas, es un área de creciente interés científico, detallan los investigadores. Ellos consideran que este campo de la ciencia, denominado cibernética, tiene el potencial de generar “repuestos a la medida” para el ser humano, o crear órganos con capacidades más allá de lo que el cuerpo humano suele permitir.