Un total de 156 hectáreas arrasadas –125 en área protegida– fue el saldo del incendio que impactó el Parque Nacional Chirripó en febrero y marzo pasados.
Por las características que presentaba, como los fuertes vientos, las consecuencias pudieron ser peores.
Para Óscar Esquivel, encargado del Programa de Manejo de Fuego del Área de Conservación La Amistad-Pacífico, la respuesta rápida de la comunidad fue clave para que el fuego no siguiera extendiéndose.
A eso se suma la labor de 1.254 personas, quienes aportaron unas 10 horas cada una.
“La participación de las comunidades fue pilar fundamental en la atención del incendio en el Chirripó. En este lugar se demostró que el patrimonio natural del país nos pertenece a todos”, dijo Ana Lorena Guevara, ministra a. í. del Ambiente.
“Había señoras de la comunidad que hacían el almuerzo a los brigadistas, los asistían y esos brazos tendidos son el ejemplo que queremos ver en todo el país”, agregó.
Para Esquivel, otro factor a favor fue poder contar con los helicópteros de Guatemala y Colombia, que permitieron realizar 19 descargas de 300 litros cada una para el control directo del fuego.
Al contar con los helicópteros, el traslado de los bomberos y voluntarios fue más rápido, ahorrándoles un promedio de cuatro días. Se necesitaron 29 días para extinguir el fuego.