05 de enero del 2012. Casas de empeo ubicadas en el centro de San Jose. Nota sobre el movimiento comercial de principio de ao. En la foto: Allan Viales empleado de la Cueva realiza una revision de algunas pantallas planas que fueron empeadas. (albert marin)
El tercer nivel de la casa de empeños La Cueva, en San José centro, alberga gran cantidad de televisores de pantalla de plasma que decenas de personas han empeñado para hacerle frente a la llamada “cuesta de enero”.
La Cueva es una de las casas de empeño que operan en el país, y que se han convertido en un respiro para quienes necesitan dinero casi de inmediato.
Pero este préstamo tiene su precio: la persona que deja en prenda o garantía un bien –el plazo inicial es de tres meses– debe pagar una tasa de interés mensual.
Esta tasa se cobra de acuerdo con la cantidad solicitada, al menos en las tres casas de empeño más importantes del país: La Cueva, Prestafull y Prestamás.
Desde los ¢5.000 hasta los ¢100.000 la persona debe pagar un 10% mensual (120% anualizado), y por más de ¢100.000 la tasa es de un 5% mensual (60% al año).
En la acera del frente, la tasa de interés anual que los bancos estatales tienen para créditos de consumo en colones es de un 17,17% (1,4% mensual), indica el Banco Central en su página en Internet.
“Las personas que vienen aquí saben que tienen que pagar un interés puesto que se trata de un préstamo de dinero con garantía prendaria y es casi inmediato. Le puedo decir que de cada 100 clientes entre 5 o 10 no retiran el empeño. El porcentaje de cumplimiento es muy alto”, explicó Norman Monge, gerente general de La Cueva.
Monge indicó que el flujo de personas aumenta después de Navidad y baja en abril, usualmente después de Semana Santa.
El movimiento de clientes fue similar en Prestafull y Prestamás, también ubicadas en esa zona de la capital.
Diego Martínez, administrador de Prestamás, detalló que las personas acuden a estos negocios a empeñar, en orden de importancia, alhajas (principalmente oro), electrodomésticos (en especial televisores de pantalla plana, DVD y línea blanca) y herramientas (taladros, cortadoras o máquinas industriales de gran tamaño).
Los clientes llegan en busca de montos que, por lo general, no superan los ¢3 millones, aunque también se ha dado el caso de quienes han logrado obtener hasta un crédito por ¢70 millones, relató el gerente de La Cueva.
Los encargados de los tres negocios consultados aseguraron que no reciben armas, celulares ni carátulas de radios de carros.
“Lo que hacemos para garantizar que la persona que empeña es su propietaria es pedirle la cédula para sacar copia y que firme un contrato donde se le explican las condiciones de cobro y plazos”, apuntó Óscar Hernández, de Prestafull.
Agregó que el artículo no se le entrega a un tercero que llegue a reclamarlo; solo a la persona que se acreditó como dueña al momento de dejarlo en prenda.
Si se trata de artículos tecnológicos como iPods, tabletas o iPhones los establecimientos exigen la factura, dicen sus representantes.
“La gente nos busca porque sabe que somos empresas serias, con trayectoria. Por eso vamos a invertir unos $2,5 millones en la apertura de cuatro nuevos puntos, que generarán 50 nuevos empleos”, anunció Monge, de La Cueva.