¿Usted conoce el misterio de las purrujas? En Semana Santa nos fuimos de luna de miel a Sierpe, nos crucificaron y tuvimos que salir corriendo para San José. Meses antes no apareció ni una.
La Semana Santa, además de religiosa, es una celebración pagana que tiene su origen en el ciclo lunar y, por tanto, siempre coincide con la luna llena.
Cuando las purrujas están en reposo recogen sus alitas y parece que están rezando... lástima que el ojo humano no pueda verlas y perdonar su furia. Las purrujas son insectos tan pequeños que no podemos creer la picazón, ardor y molestia que producen. Con un tamaño de uno a seis milímetros, forman una nube visible y por su ferocidad y actitud agresiva, son llamadas ‘caníbales’, ‘tigres’ o ‘pirañas del aire’.
En 1981, Miguel Ángel Agüero escogió su nombre para hacer roncha y titular una columna irónica y crítica en
Los lugareños saben que “comer y rascar todo es empezar” y dejan los piquetes en paz cuando no pueden vencer a las purrujas con manotazos, Zepol y plegarias al viento para que se las lleve. Las purrujas se han hecho famosas entre los escritores ticos que sitúan la acción entre el estero y el mar.
Carlos Luis Altamirano en
Los viajeros en sus crónicas las convierten en protagonistas y los científicos se sienten frustrados por no poder observar un eclipse de luna, las aves migratorias, la fauna de un humedal o el maravilloso mundo de las aguas teñidas por los mangles, cuando olvidaron planear su excursión sin luna llena.
La luna llena es simbólica para los enamorados pero, ya saben, ¡cuidado con las purrujas en Semana Santa!