Una llamada desesperada pidiendo una ayuda que no llegó, lo dejó a la espera de que lo diezmaran a tiros en su carro. Irónicamente, Sergio Vega,
La de Vega es la muerte más reciente atribuida al narcotráfico de México, donde, aparentemente, las mafias han montado una cacería de cantantes gruperos y de sus familias, que ya lleva solo entre junio y julio tres muertes asociadas.
Los supuestos vínculos entre narcotraficantes mexicanos con artistas y sus familias, sumado a los narcocorridos (canciones en que los gruperos arremeten contra narcotraficantes), son las principales causas de las muertes.
La matanza ha dejado como saldo más de una decena de víctimas. El 99 por ciento de ellas comparten un común denominador: no se han encontrado a los autores del crimen.
La excepción fue la muerte de Juan Sebastián, hijo del cantante Joan Sebastian, de quien el cartel del narcotráfico del Pacífico Sur de México se adjudicó su asesinato, el mes pasado.
Días antes, el cantante Pablo Montero enterró a su hermano, Olíver Hernández, quien también fue ultimado mientras conducía su auto en la carretera de Torreón, San Pedro, en México.
En primera instancia, las autoridades atribuyeron la muerte a carteles de droga, mas Pablo Montero insiste en negar esa versión.
El 2010 no ha sido el único año de luto para gruperos mexicanos. Durante el 2007, en cuestión de una semana, fulminaron a la cantante Zayda Peña; Sergio Gómez, vocalista y líder de la agrupación K-Paz de la Sierra, y José Luis Aquino, trompetista del grupo Los Condes.
Otras víctimas han sido Valentín Elizalde,
Pero fue la muerte del cantante Rosalino Sánchez, en 1992, la que desató las matanzas de gruperos. Aunque nunca se esclareció el homicidio, su muerte fue atribuida a carteles del narcotráfico.
Erubiel Tirado, académico de la Universidad Iberoamericana, en México, y especialista en ese problema, ha dicho a
“Es probable que estos pudieran sentirse vulnerables, porque alguien ajeno a su organización conozca su ubicación, esa también puede ser una razón para matarlos”, estima Tirado.
Al respecto, los artistas se sacuden de las críticas al decir que su obligación es presentarse en fiestas y no preguntar quién los contrata.
Ejemplo de famosos que se han visto involucrados con capos son la Miss Sinaloa, Laura Zúñiga; la ex-Miss Universo Alicia Machado; el comediante Roberto Gómez Bolaños,
Incluso, las actrices Salma Hayek y Penélope Cruz también han sido ligadas a la mafia mexicana, por hospedarse, presuntamente, en mansiones de capos.
Por posibles nexos fueron encarcelados el año pasado el cantante Ramón Ayala y los integrantes de su grupo Bravos del Norte; además han ido a prisión Los Cadetes de Linares y la banda Torrente.
Todo ellos fueron detenidos en un operativo para capturar al cartel de los hermanos Beltrán Leyva. Los artistas amenizaban una fiesta en una casa de los narcotraficantes.
“Hay regiones enteras donde la población se dedica al tráfico o siembra de enervantes. Entonces, no es imposible que alguno de ellos tengan habilidades para la música y se incline por esa profesión”, dijo a Univisión sobre estos nexos, Fernando Martínez, investigador en comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de México.
La anterior es una estrofa de la canción
Según reportan medios como Univisión y
La Policía mexicana valoró en el momento de su asesinato, en el 2006, la posibilidad de que Elizalde haya sido ultimado por narcotraficantes, que querían enviar un mensaje a los verdaderos responsables del video.
Tres meses antes de la muerte del cantante, en YouTube circuló un video en que se usaba la letra de
El video, que ya fue bajado de YouTube, cerraba con fotos del líder del cartel de Sinaloa, Joaquín, el
“En esos territorios del crimen es muy probable que algún cabecilla del bando contrario se haya incomodado con lo que cantaban estos músicos”, explica el académico Erubiel Tirado, sobre la naturaleza de las muertes relacionadas con narcocorridos.
Temas como esos han servido para exaltar o desprestigiar las andanzas de narcotraficantes, integrantes de carteles como el Arella Félix, Los Zetas o Los Beltrán Leyva, o de capos como el
Aunque muchos explican que cantan este género para denunciar lo que pasa en su país, expertos en temas de cultura, como el mexicano José Luis Valenzuela, estiman que otros son amenazados para escribir las letras, en contra de determinada mafia. Estar en medio de ese fuego cruzado es lo que le cuesta la vida a la mayoría.